Tras el revuelo causado por unas fotos de Eva Longoria y el jugador de Los Ángeles Lakers Matt Barnes, con quien la actriz simplemente mantiene una buena amistad, la protagonista de Mujeres desesperadas ha hecho una escapada junto a su verdadero amor, Eduardo Cruz, para relajarse en su nidito de amor: Miami. Eva Longoria siguen tan enamorada como siempre del hermano de Penélope Cruz y viajó con él a la ciudad que fue testigo de su amor en los inicios de su historia de amor. La pareja, que hizo pública su romance en febrero de este año, cumplirá en los próximos meses su primer año de noviazgo.
Eva Longoria y Eduardo Cruz decidieron salir a navegar en un lujoso yate por las aguas de Miami y no pudieron ocultar sus sentimientos y dieron rienda suelta a su pasión en la cubierta del barco. Abrazos, besos, risas, caricias… confirman que su amor sigue viento en popa y que parece consolidarse poco a poco a pesar de la diferencia de edad entre ambos -ella tiene 36 años y él 26-, y de que desde un principio muchos dudaron de la veracidad de su relación.
El instinto maternal de Eva Longoria
Días después de protagonizar estas románticas imágenes, Eva Longoria y Eduardo Cruz viajaron de costa a costa para compartir el triunfo de Beckham en Los Ángeles Galaxy con una compañera muy especial. Además de Victoria Beckham, la actriz y el músico disfrutaron de la compañía de Harper Seven, la niña más tierna, estilosa y entrañable del momento.
La niña de David y Victoria, de cuatro meses, acaparó todas las miradas en el palco del estadio donde el equipo de su papá, L.A. Galaxy, se coronó como campeón de liga (MLS) tras ganar al Houston Dinamo por (1-0). Tanto es así que Eduardo Cruz, familiarizado con los bebés desde que su hermana Penélope diera a luz a su sobrino Leo, no dejó de dedicarles carantoñas y jugar con la pequeña. Eva Longoria ya nos mostró su lado más tierno con Harper en otro de los partidos de fútbol a los que recientemente ha asistido junto a su amiga Victoria. Estas imágenes han vuelto a demostrar que Eva Longoria ya tiene a flor de piel el instinto maternal.
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