George Clooney viaja a Cerdeña para conocer a sus suegros
El actor desató la locura entre los habitantes del pueblo de su novia, Elisabetta Canalis
Su relación dura ya más de un año. La relación sentimental entre el soltero más deseado de Hollywood George Clooney y la bella presentadora italiana Elisabetta Canalis es cada día más estable. La pareja fue fotografiada este fin de semana en Cerdeña. Al parecer, la visita de la pareja a la isla tenía un objetivo muy claro y es que Clooney conociera a los padres de Canalis. La pareja aterrizó en jet privado procedente de Milán y desató la locura entre los habitantes de la localidad de Tresnuraghes, en Cerdeña, donde vive la familia de Elisabetta. Tresnuraghes es lugar de nacimiento del padre de Canalis, Cesare Canalis y donde Elisabetta pasó sus primeros 18 años, antes de irse a Milán para emprender su carrera como modelo. Cesare, un radiólogo, y su esposa, Bruna, ama de casa, viven en el centro de la pequeña localidades que apenas tiene 1.000 habitantes en una casa de dos pisos con tres dormitorios y tres baños.
Su llegada revolucionó a propios y a extraños. El primer día de su visita, la pareja asistió a un almuerzo familiar de bienvenida organizado por un tío de Canalis en honor a la pareja. Tras la comida, la familia quiso enseñar al actor algunos de los lugares más bonitos de la localidad donde le esperaban numerosas personas que querían un autógrafo o una foto con su ídolo. Esa misma noche Clooney y Canalis compartieron una agradable cena con los padres de ella en el restaurante La Rosa dei Venti, donde degustaron algunas de las especialidades de Cerdeña, ñoquis frescos con salsa de carne, raviolis con verduras, lubina y vino blanco de la región.
Antes de que concluyera su visita, George posó amablemente con muchos de los habitantes del pueblo de Elisabetta, firmó autógrafos e incluso se hizo una fotografía con un niño, de siete meses. Al ver esta imagen, una de las señoras que estaba entre la multitud le dijo en italiano: ¡Ora Tocca a te! (Es tu turno), refiriéndose al hecho de ser padre. Obviamente él no entendió la frase, pero todo el mundo se giró para ver la cara de Elisabetta que simplemente se limitó a sonreír.