-Cuéntanos cómo surgió la idea de llevar la obra de teatro al cine
La verdad es que la idea la tuvo Álvaro Sáenz de Heredia que fue a ver la obra de teatro con su familia y sus hijos y al terminar la función nos dijo que le había gustado muchísimo y pensó que la podía llevar al cine. En un principio me pareció un poco irreal lo que me estaba proponiendo, porque llevaba ya dos años y pico haciéndola, y pensé: 'Uy ahora hacer una película de esto mismo, me da algo'. Yo soy un hombre fácil, en general, y le dije vale, haz una sinopsis para ver por donde vas. No hizo una sinopsis, hizo casi un guión, porque Álvaro es muy contundente y muy decisivo en todo. Nos lo enseño, nos gustó y nos pareció fantástico como lo había hecho manteniendo todo lo de la obra y pensamos que en cuanto tuvieramos un hueco lo haríamos. Y así fue.
-‘Una pareja de miedo' dices que ha sido tu obra favorita ¿Ha superado tus expectativas la versión cinematográfica?
Si, ha superado mis expectativas como película. Pensé que esto en cine no iba a resultar, tenía mis dudas porque llevaba mucho tiempo haciendo la obra y sabía o creía que había que ver a los actores muy encima, cómo sudaban, los cambios de ropa y tal, los gags... Y al final me he dado cuenta que en cine hay primeros planos y que el cambio de ropa aquí es mejor porque sales mejor maquillado, mejor vestido, o sea que pienso que no se van a reír tanto como en la obra de teatro, pero se han reído mucho, lo que yo he visto, mucho, muchísimo. Han encadenad una risa tras otra.
-Con Álvaro Sáenz de Heredia mantienes una relación de años desde ‘Aquí huele a muerto’
Nos seguimos viendo porque jugamos al golf muy a menudo. Álvaro es una excelente persona, un gran director -infravalorado en este país por determinados sectores, pero no por el público-. Ha hecho películas puntuales, pero muy bien hechas porque además es un hombre con una gran trayectoria en el mundo de la publicidad y creo que tiene mucha sabia, mucho talento en este tipo de comedia, y la parte técnica la controla muy bien. Tiene un gran sentido del humor muy parecido al nuestro y hemos encajado perfectamente.
-Además de esta película ¿que otros proyectos tienes en mente?
La película ya está hecha. Y yo hace siete años monté mi propia productora de teatro, en vista de cómo estaba la televisión pensé yo ya paso de estrés, y es donde yo empecé en el teatro y me han ido muy bien las cosas. He hecho tres obras producidas por mi, somos tres socios, y acabo de estrenar 'La cena de los idiotas', con Agustín Jiménez y Felixuco. Estamos de gira ahora mismo, estrenamos en Madrid en el Teatro Infanta Isabel el día 2 de septiembre.
-Flo y tú hicisteis también esa obra
La obra estuvo en Madrid con Flo y conmigo y cuando empecé la última gira él lo dejó, hicimos la película y hemos pensado y decidido con Álvaro que si esta película funciona en taquilla, el año que viene hacemos otra película, cuyó guión está prácticamente encarrilado.
-Nos hicisteis reír mucho con Martes y Trece, ¿creéis que en algún momento os volveréis a juntar?
No, no lo creo y no le he creído nunca. Lo he dicho siempre y lo mantengo. Creo que fue una etapa preciosa, muy intensa y me supo a mucho, me dejo muy lleno. Cuando tomé la decisión fue valorada, reflexionada por mi en profundidad y estoy muy feliz con lo que hago ahora y nunca he pretendido ni superar a Martes y Trece ni nada parecido, simplemente hacer mi propio camino.
-Después de trabajar tres veces con Flo, ¿con él has logrado formar esa pareja cómica?
Es verdad que lo que hemos hecho ha ido bien, y tenemos muy buena relación y muy buena química, que eso es importante en dos personas para hacer humor, y por eso vamos a hacer otra película, si esta funciona que espero que funcione, y si surge otro proyecto lo haremos. Tampoco lo buscamos.
-Más de treinta años dedicándote al humor, ¿cómo ha cambiado?
Yo he cambiado poco, no es que me haya estancado, como artista trato de evolucionar trato de estar al día, pero no puedo traicionarme a mí mismo porque ya no soy yo y sería estúpido por mi parte. Yo soy yo, mi sentido del humor es el que tengo y cuando escribo es lo que está ahí, en eso no voy a cambiar y mi forma de entender el humor tampoco. El que quiera que me siga, el que no, no, y trato de estar en proyectos interesantes, en películas como se hacen ahora.
-Cuando vuelves a ver los sketchs de Martes y Trece, ¿qué sientes?
Siento un sano orgullo, cada vez más sano y más orgullo (se ríe) No es mejor ni peor que cualquiera de los trabajos si lo haces de verdad con sinceridad y con intensidad y con esfuerzo e ilusión no es un trabajo mejor ni pero es un servicio público para la gente y que el nuestro trasciende por el medio que es, simplemente, pero no tiene más importancia que el que pueda hacer otra persona. Hay trabajos mucho más trascendentes como los de un médico.
-Médico es lo que te hubiese gustado estudiar, ¿no es así?
Si, pero yo tengo la desgracia o la suerte, nunca lo he sabido, de que tengo esta vocación desde pequeño y me emperre en esto y no hubo manera de cambiarme.
-¿Como es tu día a día?
Ahora es más tranquilo que hace unos años y yo he hecho deporte siempre, toda la vida, para mí el deporte es salud mental y vital para vivir. Desde que hace unos años encontré el golf dejé el tenis y me encanta el golf y juego todas las mañanas que puedo, entre las nueve y las once. Con el teatro puedo, por la tarde voy al teatro y a primera hora de la mañana juego al golf.
-¿Alguno de tus hijos ha heredado tu talento para la comedia?
Tienen otros talentos distintos. Ninguno se ha decidido por esto. Yo no he sido un padre de esos que les ha llevado al plató o al teatro a ver mis obras, más que el día del estreno para verlo y ya está. Después han estado muy alejado de ello, en su colegio, en su rutina yo he separado muy bien todo eso siempre.
-¿Son críticos contigo?
Son críticos pero siempre me favorecen, entonces no me sirven. Se lo agradezco enormemente pero no me sirve. Prefiero el pulso de la gente y la crítica la leemos siempre, es inevitable cuando hacemos teatro no leerla, sea buena o mala, pero no nos suele influir demasiado. El público va por otro camino diferente a lo que escriben los críticos.
-Además de reírse de Janeiro, ¿se ríe mucho de sí mismo?
Si, si me río mucho de mí mismo y no me da ninguna vergüenza y además no tengo ningún complejo de nada, lo he tenido pero ya lo superé y vivo bastante en paz conmigo mismo. Es la verdad, lo digo como lo siento, respetando mucho al entorno y a cualquier ser humano y mucho más a la gente que hace reír porque tienen su mérito. Más que reírme de las cosas, las desdramatizo la vida, la crisis hasta la muerte, no hay que ser trascendente en general, creo yo.
-¿Qué te parece José Mota?
Jose Mota es amigo mío y le admiro mucho, me parece un cómico con gran profesionalidad, un hombre con vis cómica muy desde dentro hacia fuera y es un cómico que pasará a la historia, sin ninguna duda.
-¿Por qué crees que tiene tanto éxito ahora?
Porque tiene mucho sello, mucha personalidad y es muy de verdad lo que hace. Es verdad que es muy manchego para su humor y para sus cosas, yo también soy de Madrid y no pasa nada, La Mancha es España y lo que hace es muy bueno. Es un buen trasmisor y es un buen actor, que es importantísimo. Para hacer humor creo que es importante ser un buen actor, ayuda. Luego hay gente como Chiquito que es genial contando chistes, pero no es actor, para lo que hace para mí es el mejor, pero para ser humorista si eres un buen actor cómico, ayuda mucho. Yo no siento que soy humorista, pienso que soy un actor cómico. Mi vocación desde pequeño era ‘Mamá, yo quiero ser actor’, humorista fue un accidente en mi vida, bendito accidente.
-Cine, teatro, televisión, ¿cuál es tu medio favorito?
El teatro, porque he llegado a la conclusión que donde mejor me expreso, me muevo y me siento es en el teatro, es decir, con gente enfrente. Yo necesito el directo y la gente enfrente, porque cuando algo está grabado hay algo en mi que esta relajado, y cuando tengo a la gente delante eso me pone las pilas al mil por mil y cuando hago una gracia se ríen y me quedo a gusto.
-Y en el teatro cabe la improvisación
Claro, en el teatro, más que en el cine, cabe la improvisación y yo la meto de vez en cuando porque me divierte mucho. Yo tengo que disfrutar para que los demás se diviertan.
-Entonces, ¿habrá Josema para rato?
Si, yo creo que si, soy una persona bastante discreta o procuro serlo. No me gustaría aburrir soberanamente, ni resultar patético. El día que yo intuya que no puede ocurrir eso, que no tengo reflejos, no tengo memoria, me iré. Eso seguro.
-Pero en el teatro tiene que ser muy difícil aguantar la risa…
Si y para mi más, pero yo he llegado a la conclusión y es que cuando uno se ríe con cosas que ocurren en el escenario, es de verdad esa risa, sale natural espontánea y dura poco es fantástico, la gente lo aplaude incluso.
-El terror y la comedia es un buen binomio, ¿tienes algún clásico favorito?
El jovencito Frankestein para mi es una película símbolo, sublime. Es muy difícil mezclar el terror con el humor, de hecho al final no te da miedo nada y te ríes.