El inolvidable actor estadounidense, conocido en nuestro país por ser el protagonista de la serie Arnold, ha fallecido a los 42 años de edad. Gary Coleman murió a consecuencia de una hemorragia intercraneal. En el momento del triste desenlace estaba junto a él su esposa, Shannon Price, y su padre. Gary estuvo consciente hasta el jueves, día en que entró en coma y fue conectado a una máquina de respiración asistida. Tan sólo 24 horas más tarde era desconectado.
Hasta ayer mismo Coleman se encontraba hospitalizado en estado crítico en un centro médico de Utah, al que fue trasladado después de sufrir una lesión en la cabeza provocada por una caída.
Ésta era la tercera vez en lo que va de año que Coleman necesitaba asistencia médica, la primera de ellas fue en enero, cuando tuvo que ser sometido a una operación de corazón cardiaca complicada por una neumonía y la segunda en febrero, después de sufrir una convulsión en el set de rodaje de la serie The Insider.
Gary Coleman conoció la popularidad siendo casi un niño. Pero no todo en su vida han sido momentos felices. Cuando tenía sólo dos años le fue detectado un problema congénito de riñón, que lo llevó al quirófano en varias ocasiones. Esta misma afección ralentizó su crecimiento, de forma que nunca llegaría a superar los 1,42 metros de altura.
Precisamente su aspecto físico lo convirtió en un rentable reclamo publicitario tras alcanzar la fama con la serie televisiva Arnold, que protagonizó entre 1978 y 1986. Posteriormente, no tuvo demasiado éxito en el mundo de la interpretación pues siempre le persiguió la fama de niño de prodigio. Quiso dar un giro a su vida en 2003, cuando anunció su candidatura como Gobernador de California, quedando octavo en una lista de más 130 aspirantes al cargo que finalmente consiguió Arnold Schwarzenegger.