Katie Holmes fue una de las invitadas de excepción en una velada organizada por una conocida revista en el hotel Four Seasons de Beverly Hills, en la que recibió un homenaje. La actriz, muy atractiva con un conjunto con top semitrasparente en color negro, una falda del diseñador Azzedine Alaia, un clutch y el pelo ondulado compartió el homenaje con actrices como Renée Zellwegger, que esa noche puso la nota de color con un vestido rojo, Robin Wright Penn, Emily Blunt o Julianne Moore, también fueron homenajeadas en esta celebración en la que también estuvo Diane Kruger, la veterana Julie Andrews, Zoe Saldana, Katie Cassidy o Amber Rose, entre otras.
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Aunque Katie Holmes no estuvo acompañada por su marido, Tom Cruise, ni su hija Suri, nada más llegar a la fiesta su conversación se centró en su marido y la niña de sus ojos. “Suri elige su ropa, elige cada día lo que se va a poner. A ella le encantan las cosas brillantes y los colores fuertes”, contestó Holmes a la pregunta sobre lo presumida que es su hija. Horas antes de asistir a la celebración, Katie visitó la tienda Maxfield, el lugar donde pronto comenzará a venderse su propia línea de ropa Holmes-Jang. Katie y su estilista Jeanne Yang han diseñado una colección para mujer y niños, cuya línea está inspirada en Suri y las hijas de Jeanne, Zoey y Sydney.
En cuanto a su marido, al que suele visitar con frecuencia junto a Suri en el rodaje de Wichita en Boston, la actriz comenta que verle actuar sin dobles es excitante. “Fue fuerte verle rodar por los aires sobre un coche, pero lo hizo fenomenal. Es muy bueno actuando”, admite. “Suri cuando lo ve, esa noche empieza a saltar en la cama. A ella le encanta.”