Tom Cruise no sólo es polifacético en la gran pantalla. En la vida real ha demostrado que es capaz de combinar su faceta de padre entregado con su aspecto más glamouroso. No pierde la sonrisa ya sea sobre la alfombra roja o en un sencillo parque de Boston, al que acude para jugar con su hija menor, Suri. El actor pasa en cuestión de horas del esmoquin a un look cómodo e informal para hacer volteretas con su pequeña, saltar o disputar una divertida carrera con su mujer, Katie Holmes, y con la niña. Y es que no puede negar que Suri es su debilidad y que intenta dedicarle todo el tiempo que le deja libre, actualmente, el rodaje de Wichita, su nuevo filme.
Fuera del plató, Cruise es un padre paciente y que está pendiente del más mínimo deseo de su 'princesita'. Tanto él como Katie tienen mucho cuidado de que no se les olvide sus juguetes preferidos o la mantita blanca de la que la niña no se separa y que se convierte en su aliada perfecta para echarse una siesta en cualquier parque, como hizo este verano en Melbourne.
Pero el famoso actor no sólo se desvive por la pequeña. En cada una de las apariciones deja claro que cada día está más enamorado de Katie Holmes y le regala momentos inolvidables. Este fin de semana la llevó a cenar, en compañía de unos amigos, a uno de los restaurantes de moda en Boston y a juzgar por la sonrisa de ella, Tom Cruise acertó de pleno con el plan.