La actriz vivió ayer uno de lo momentos más inolvidables de su carrera. A sus 39 años, con un Goya en su haber y rodeada de reconocimientos tanto dentro como fuera de España, acaba de añadir uno nuevo a su palmarés. La ciudad de San Sebastián fue testigo de la entrega del Premio Nacional de Cinematografía 2009 de manos de la Ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, a la protagonista de Los girasoles ciegos.
Impecable y enfundada en un minivestido de manga larga de seda beige de Sportmax, recogió este nuevo galardón, dispuesta a emocionar y emocionarse con su discurso. "Hoy cuando me he levantado he pensado que en verdad tengo buena estrella. Me he visto muy abrumada por todo esto, porque los actores somos seres muy frágiles y necesitamos que nos quieran, y yo hoy me he sentido muy querida", dijo Maribel Verdú sin poder reprimir las lágrimas.
Muy cerca de ella, como siempre, estaba su marido, Pedro Larrañaga, y compañeros de profesión como Jorge Sanz, Goya Toledo, Bárbara Goenaga, Francis Lorenzo, Mabel Lozano o el director Fernando Trueba. Precisamente a todos ellos iban dirigidas estas palabras: "Al recoger el premio me he acordado de toda la gente que me ha estado apoyando durante todos estos años incluso en los malos momentos y que no han dejado que me caiga y han conseguido que siga adelante gracias a su apoyo y a su cariño."
Tampoco se olvidó del resto de profesionales que han sido determinantes en su exitosa carrera: "Necesitamos mucho de los demás. En estos momentos recuerdo a tantos directores, guionistas y productores que han pensado en mí para ofrecerme diferentes papeles, a los técnicos y también a tantos compañeros actores que me han hecho crecer con sus réplicas".
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