No todo en el Festival de Cines de Cannes está sobre la alfombra roja. Muchos rostros famosos suelen aprovechar su estancia en este precioso rincón de la Costa Azul para relajarse con su familia y amigos o para dejarnos con la boca abierta con sus estilismos en los rincones más insospechados. Eva Longoria, Beyoncé o Mónica Bellucci son un buen ejemplo de todo ello.
La protagonista de Mujeres desesperadas se encuentra en Cannes junto a su marido, el baloncestista de origen francés Tony Parker. Aunque al deportista no le gustan los fotógrafos ni sus flashes no tuvo más remedio que dejarse ver junto a su bella mujer a la salida de un restaurante tras compartir una romántica cena.
La pareja estuvo alojada en el lujoso Hotel Carlton de la ciudad francesas y han aprovechado su estancia para dar largos y románticos paseos por Cannes. Sin pareja pero muy bien rodeada por amigos se encontraba la actriz Tilda Swinton, que eligió la terraza de su hotel para degustar una suculenta comida mientras no paraba de bromear con sus acompañantes.
Ha estado acompañada por su esposo la actriz Mónica Bellucci. La italiana ha viajado junto a Vincent Cassel y su hija, Deva, de cuatros años, al festival de cine. No obstante, suele ser habitual ver a los tres juntos acudiendo a distintas muestras cinematográficas, como ocurrió el mes pasado en el Festival de Cine de Málaga.
Quienes optaron por viajar solas fueron Mariah Carey y Beyoncé. Las dos cantantes protagonizaron algunas de las anécdotas más divertidas de esta 62ª edición del Festival de Cine de Cannes. Sin duda, fueron quienes más llamaron la atención a su paso por el aeropuerto. La primera lo hizo por desembarcar con un vestido fucsia largo y muy ajustado que, sin duda, no dejó a los pasajeros indiferentes.
Aunque Beyoncé tampoco pasó desapercibida con las sandalias de vértigo con las que se recorrió los pasillos de las diferentes terminales. Muy diferente fue el look por el que optó Mariah Carey para la presentación de la película Precious, en la que coincidió con el cantante Lenny Kravitz. En el filme, la cantante sorprenderá a sus fans con un increible cambio de imagen. Por exigencias del guión, se convertirá en una muy poco atractiva trabajadora social en el Harlem de los años 80.