Dos carreras hay en la noche de los Oscar: la de los premios y la que se produce en la alfombra roja. Y esta última suele atraer la máxima atención a sabiendas que el paseo de 150 metros que separan la zona de llegada de las limusinas -este año, y por cuarto consecutivo la mayoría ecológicas (además de otras concesiones al medioambiente como bombillas y focos de bajo consumo) de la entrada del teatro Kodak se convierte en una pasarela de tendencias en la que las actrices lucen sus mejores galas.
Meses de preparativos, cientos de pruebas de trajes hasta dar con la elección acertada, tratamientos de belleza y un sin fin de detalles que se examinan con lupa durante los minutos que las estrellas se exponen ante los ojos de millones de curiosos. El buen tiempo se ha hecho de rogar en el cielo de Los Ángeles.
El día empezaba con lluvia
La intensa lluvia ha amenazado durante todo el día con aguar el paseo (sólo cuatro horas antes de su inicio los organizadores se las veían y se las deseaban para achicar el agua de la alfombra roja filtrada a través de las goteras de la carpa transparente que cubre todo el recorrido) pero finalmente parece que el mal tiempo ha dado un respiro y el sol se ha asomado tímidamente ayudando al lucimiento de los invitados, que han comenzado a llegar varias horas antes del inicio de la ceremonia a las puertas del Kodak Theatre .
Tres mil quinientos invitados son muchos y el mar de coches colapsa las calles de Hollywood. No olvidemos que ésta se convierte en un escaparate en el que las actrices compiten en belleza y lo que sucede sobre ella camino de la gala de los Oscar tiene más repercusión que las propias pasarelas de moda.
Una de las parejas que primero ha llegado ha sido la formada por Heidi Klum, espectacular mujer de rojo -color elegido en apoyo a las mujeres con enfermedades coronarias- con un vestido de John Galliano, y su marido, el cantante británico Seal. No se han hecho de rogar los dos actores nominados por Michael Clayton, Tom Wilkinson (ya estuvo nominado en 2001 por La habitación) rival esta noche de Javier Bardem como secundario, que está acompañado por su mujer, Diana Hardcastle; y el siempre sonriente George Clooney competidor del favorito para ganar el Oscar como mejor actor, Daniel Day-Lewis.
Clooney: el conquistador conquistado
Por primera vez, el soltero de oro de Hollywood, vestido como es habitual en él por Armani (parece que este año por fin ha decidido deshacerse de su antiguo esmoquin de diez años y llevar uno nuevo) pasea por la alfombra roja de los Oscar como el conquistador conquistado. Es decir junto a su novia, Sarah Larson, con quien mantiene una relación desde el pasado verano.
Acostumbrados a verle en otras ocasiones solo o acompañado por sus padres, esto es casi la oficialización de un noviazgo por el que pocos apostaban. Recordemos que hace dos años cuando ganó la dorada estatuilla como mejor actor de reparto por Syriana recorrió solo por la alfombra aunque luego lo celebró en las fiestas posteriores a la ceremonia junto a una Krista Allen con quien había mantenido un breve romance algún tiempo antes.
Por la alfombra ya han pasado también John Travolta y su mujer, Kelly Preston, de naranja, la candidata Ruby Dee, poetisa, periodista, escritora y activista, además de actriz, la también candidata Amy Ryan, la siempre transgresora Diablo Cody, una de las favoritas al guión original por Juno, con un vestido estampado de leopardo y bailarinas doradas.
El verde ha sido el color elegido por la más joven de las candidatas de esta noche, Saoirse Ronan, de trece años, que opta a la estatuilla de reparto por Expiación. Su compañero en la película, James McAvoy, co-protagonista del filme junto a Keira Knightley.
Con ciertos nervios ha pasado Javier Bardem, acompañado por su madre Pilar, que ha llegado justita desde España tras haber conseguido un día de permiso en la obra La sospecha que representa en el teatro Infanta Isabel de Madrid, y Daniel Day-Lewis, el favorito para alzarse con el Oscar como mejor actor por Pozos de ambición con su mujer, Rebecca Miller, hija del dramaturgo Arthur Miller, así como Casey Affleck(candidato por El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford) con su mujer, Summer Phoenix.
Su cuñada, Jennifer Garner, esposa de su hermano mayor, Ben Affleck, eligió el negro de Versace para resplandecer en la alfombra. Viggo Mortensen ha sido uno de los más originales con levita y una flor roja en la solapa. Por su parte, Marion Cotillard, nominada como mejor actriz por La vie en Rose ha deslumbrado con un vestido blanco y dorado de Jean Paul Gaultier.
Jessica Alba, que espera su primer hijo con Cash Warren, apareció espectacular, como Cameron Diaz, que eligió un vestido palabra de honor color rosa palo. No faltaron algunos rostros conocidos de la tele como los actores de Anatomía de Grey, Patrick Dempsey y Katherine Heigl, también de rojo como muchas de las invitadas.