A pesar del revuelo que su supuesto embarazo ha provocado en los medios de comunicación de todo el mundo en los últimos días y que su representante desmintió horas después de saltar la noticia, Nicole Kidman sigue haciendo vida normal en Australia y así la hemos visto en Sydney junto a su marido, el cantante Keith Urban. La actriz, que ya ha terminado su participación en el rodaje de la película Australia que ha dirigido su amigo Baz Luhrmann, disfruta de un tiempo de descanso en su tierra.
Aprovechando su estancia en la ciudad australiana, Nicole y su marido visitaron el jueves por la mañana la Galería de Arte de Nueva Gales del Sur para contemplar la exposición Sydney Nolan. En esta salida, Nicole escogió además un vestido en color crudo que no dejaba lugar a especulaciones sobre una posible tripita de embarazada. Además, se recogió el pelo con una coleta y se puso gafas oscuras para protegerse del sol veraniego que luce en el país.
Noche con cena y teatro Más tarde, y después de que la actriz recogiera a Keith del centro en el que atiende a sesiones de rehabilitación para superar sus problemas con el alcohol, la pareja acudió al restaurante del teatro Wharf. En esta ocasión, la protagonista de La brújula dorada se decantó por un vestido estampado en tonos violetas que tampoco mostró indicios de un posible estado de buena esperanza de la actriz.
En el mismo teatro, la pareja contempló la obra Blackbird, dirigida por su compatriota Cate Blanchett. La actriz australiana ha sido también protagonista en los medios en los últimos meses por un embarazo que ella sí llegó a confirmar. La controvertida pieza teatral que dirige explora algunos tabúes acerca del amor y la moral. La historia narra la relación de una niña de doce años y un adulto y cuenta lo que sucede cuando ambos vuelven a encontrarse quince años después.
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