En su recta final hacia el Shrine Auditorium de Los Ángeles, Javier Bardem ha presentado en Madrid la película que puede valerle el primer Oscar a un actor español. Flanqueado por el pintor y director del filme, Julian Schnabel, Javier Bardem ha vuelto a hablar de su candidatura, de los premios, del rodaje y del hombre cuya vida encarna en Antes que anochezca, el escritor cubano Reinaldo Arenas.
Dentro de pocos días, el actor cruzará el Atlántico para comenzar la promoción americana de la película lo que supondrá una dura competición frente a la maquinaria publicitaria de sus rivales estadounidenses, Gladiator, Erin Brockovich y Náufrago.
Bien peinado y mejor vestido, con traje negro, un Javier Bardem dispuesto a dar lo mejor de sí mismo y un Julian Schnabel algo cansado se han demostrado su mutua admiración: "El trabajo de Javier no podía haber sido mejor. Es el mejor actor de los próximos diez años". "Una de las razones por las que decidí hacer la película es porque la hacía Julian. Él tiene una posición y un prestigio, no necesitaba rodar una película como esta para que fuese reconocido su trabajo. El filme es el reflejo de un artista hablando de otro artista. Todo es libertad, no intimida a los actores y deja un espacio muy importante a la improvisación, que él recoge con la cámara."
La película, que se estrenó en los Estados Unidos el pasado 22 de diciembre, ha conseguido, en pocos días, un aumento de taquilla del 85 por ciento, gracias al boca a boca y a la nominación de Javier, que cada vez es más popular en aquel país. El libro de Reinaldo Arenas, Antes que anochezca se ha vuelto a editar y ya ha vendido más de 60 mil ejemplares. "Yo hice la película para que se conociera la voz de Reinaldo y ahora hay un enorme cartel en Sunset Boulevard con la cara de Javier".
Sin perder un ápice de la modestia que ha demostrado hasta ahora, el actor español se muestra muy contento por su nominación: "Siento que es un honor que actores de la Academia me hayan nominado. Mis expectativas frente a ganar o no ganar, en estos momentos, es nula. Me pondré nervioso y querré llevarme el premio, pero tampoco es algo que me preocupe". Su visión de la Cuba ha cambiado, afirma que su vida sigue siendo normal, le preocupa el cambio de percepción que pueda tener la gente: "Parece que ahora soy bueno porque me han nominado. Yo he sido siempre igual. Es un poco injusto. Parece que si no consigues una candidatura tienes que sentirte frustrado o pensar que tu trabajo no ha sido bueno, pero esto no es así.