'¡Tranquila!, si el pelo crece'. Seguro que en alguna ocasión, ante un 'desaguisado' en la peluquería, has escuchado esta frase. Y está en lo cierto, pues si algo hace el cabello, es crecer, pero a veces a un ritmo más lento del que nos gustaría, sobre todo cuando han metido la tijera más de lo deseado. Aunque es cierto que el pelo, antes o después, crece, a veces ese tiempo se hace eterno.
Por eso, tal vez te has planteado si es posible acelerar de alguna manera el ritmo de crecimiento del pelo. No te hagas demasiadas ilusiones, porque todo parece indicar que no. Y es que ese ritmo viene determinado genéticamente y no se puede cambiar ni con crecepelos, ni con pócimas mágicas. “En una persona sana sin alteraciones asociadas el crecimiento del folículo piloso sigue un ritmo determinado genéticamente”, apunta el doctor José Luis López Estebaranz, dermatólogo asesor de L'Oréal Paris.
Lo único que se puede hacer es cortar sólo las puntas con frecuencia (y usar mucho acondicionador para protegerlo mientras tanto cuanto se pueda), a medida que lo van necesitando: más importante que tener el pelo largo es lucirlo bonito, sano y con brillo, ya que nada hay más triste que una melena extensa, pero descuidada.
Ojo con la alimentación y el estrés
Pero aunque no hay una receta mágica, algunos expertos y profesionales del cabello consideran que sí que existen factores que pueden influir en el crecimiento más o menos lento del pelo. Es cierto que la ansiedad, una mala dieta alimenticia y el estrés pueden influir negativamente en el proceso de crecimiento del cabello. Una buena solución sería someterse a tratamientos de relajación y masajes, para así mejorar la circulación de la sangre.
Como decíamos antes, la longitud que alcanza el cabello de cada persona viene determinada genéticamente, y va disminuyendo a medida que pasan los años: con la edad, el cabello tiende a quebrarse antes que durante la adolescencia. Los complejos vitamínicos son una de las soluciones tradicionales para mujeres con problemas de pérdidas de cabello. Aunque cada persona necesita soluciones de diferentes características y recomendadas por un especialista, la vitamina B, el hierro, el zinc y el magnesio son vitales para un pelo saludable. “La existencia de un déficit de hierro o vitaminas, enfermedades hormonales (tiroideas…) o sistémicas y la ingesta de ciertos medicamentos pueden tener un efecto negativo en el crecimiento capilar”, apunta el doctor López Estebaranz.
Son muchos los especialistas que consideran que el pelo crece más si la nutrición es la adecuada. Si comer sano es bueno para nuestra salud, también lo es para nuestro cabello; en este sentido, una dieta rica en vegetales y frutas es aconsejable para conseguir un pelo espléndido. Porque cuando la dieta se resiente, el pelo también sufre. Sobre todo, ¡hay que tener paciencia! Y si no, ¡siempre puedes recurrir a las extensiones!