Asúmelo: a partir de ahora, los días nublados tienen más papeletas de acompañarte. El otoño ha decidido llegar de una vez por todas. Eso sí, tienes que intentar que esa palidez que envuelve al ambiente no se refleje en tu rostro. Cierto es que en estos días que vienen, la luz azulada que le caracteriza apaga la vivacidad del rostro, pero no desesperes, pues hay buenos aliados para intentar lucir mejor cara. Y tal vez la aliada principal sea la base de maquillaje.
¿La razón? Cuando el bronceado está más que desaparecido, la piel muestra hasta la más mínima imperfección, de ahí que si quieres preservar la naturalidad de tu cutis te apliques una base de maquillaje ligera, de textura cremosa o satinada.
¿El tono ha de ser diferente en otoño? La verdad es que sí. Aunque seas fiel a una tonalidad, piensa en que no es lo mismo un rostro dorado en pleno mes de agosto que un rostro más claro en otoño. El color y las necesidades de la piel varían a lo largo del año, por lo que no será suficiente con una única base para los 12 meses. Así por ejemplo, para el verano puede resultar adecuado el uso de una hidratante con color, una base un poco menos suave para el invierno y para el otoño y la primavera un tono intermedio. La clave es que el color de la base de maquillaje debe ser del mismo tono que el de la piel. Lo que en invierno significa que deberá ser uno o dos tonos más clara que en verano.