Aunque por regla general es en los cambios de estación y, muy especialmente, durante el otoño, cuando más cabello se pierde, también en los meses de verano se produce este fenómeno. Independientemente de que exista una explicación biológica, según la cual para combatir el calor el organismo puede también desprenderse de pelo, en verano actúan una serie de agentes externos que contribuyen a debilitar la estructura del pelo y del cuero cabelludo.
Uno de los más importantes, teniendo en cuenta la época del año en la que nos encontramos, es el sol. Y es que es justamente en esta época cuando nuestro cabello pasa más horas expuesto a la radiación solar. Un estudio de la Universidad de Zurich, basándose en observaciones clínicas, ha demostrado que los rayos del sol provocan una inflamación microscópica y un debilitamiento del folículo piloso.
Pero no es el único agente que perjudica el cabello: el cloro de las piscinas, por ejemplo, además de ‘comerse’ el brillo, oxida la cutícula y provoca que el pelo pierda flexibilidad; la sal del mar, que contiene altos índices de yodo, debilita la fibra capilar, mientras que las altas temperaturas abren las escamas del pelo y provocan que las puntas se abran. En definitiva, todos estos factores afectan a la fibra capilar porque expulsan las proteínas naturales del pelo y lo dejan expuesto a la deshidratación y la abrasión de la cutícula.
Ante este panorama, ¿qué podemos hacer? Pues según Marisa Oliver, del Centro de Creaciones Capilares Mayquel, “lo más importante es atender tanto las necesidades de nuestro cuero cabelludo como del cabello, y utilizar productos específicos para nuestro tipo pelo”. Desde luego, más vale prevenir que curar, de manera que toma nota de los siguientes consejos para que durante estas vacaciones, de la misma manera que proteges tu piel, cuides también tu cabello y así te evites algún que otro disgusto:
- A la hora de tomar el sol, es muy recomendable aplicarse un protector solar capilar que actúe de barrera contra las radiaciones solares y proteja tanto el cuero cabelludo como el pelo. Los hay en diferentes texturas (gel, spray, aceite, espuma…) para que elijas el que mejor se adapte a tu corte de pelo.
- En casa, utiliza champús y acondicionadores con filtro solar que protejan el cuero cabelludo y el pelo de los efectos nocivos del sol.
- Igualmente es importante acostumbrarse a utilizar mascarillas capilares porque nutren y reparan el cabello tras esas ‘agotadoras’ jornadas de playa o piscina.
- Aunque no pasa nada si se moja el pelo todos los días (y en este tiempo es prácticamente inevitable no darse un chapuzón), éste debe estar convenientemente aireado; sin embargo, los expertos coinciden al afirmar que no es aconsejable lavarse el pelo todos los días con champú porque se deshace el manto hidrolipídico que protege el cuero cabelludo.
- Deja para después del verano cualquier tratamiento de peluquería, como mechas, teñidos, reflejos, permanentes… porque son procesos químicos muy agresivos que combinados con los factores anteriormente comentados son muy nocivos para el cabello.