Estás más que acostumbrada a tu peluquero, confías plenamente en sus sugerencias y rara vez has salido de la peluquería con la sensación de que no has acertado. Afortunada, ¿verdad? Pero, por diferentes motivos, te ves obligada a cambiar de estilista. Para muchas mujeres, ponerse en manos de alguien nuevo es francamente difícil, especialmente cuando se busca un cambio de look. Y si no, fíjate en las famosas, que lo saben bien, y por eso algunas son fieles a sus estilistas de toda la vida y no ponen su cabello en otras manos. Para evitar sorpresas desagradables, conviene realizar una pequeña labor de investigación de campo para seleccionar al estilista que mejor se puede adaptar a tu estilo y personalidad. ¡Es más fácil de lo que parece!
- Antes de decidirte por una transformación radical, acude al salón seleccionado a hacerte sólo un servicio de lavado y peinado. Así podrás ir observando, sin compromiso posterior.
- Ten en cuenta que un buen profesional no se lanza a cortar sin antes estudiar las facciones, la textura del pelo y el estilo personal de cada mujer.
- No tengas miedo de acudir pertrechada con una foto para explicar lo que deseas. A la hora de describir estilos y colores, una imagen puede valer más que mil palabras.
- Desconfía de quien quiera imponerte un color o corte con el que no te sientas identificada. Al fin y al cabo, tú eres quien vas a verte a diario en el espejo.
- No salgas del salón sin estar segura de saber cómo recrear el peinado en casa -cómo peinarlo y cómo mantenerlo-, a no ser que estés dispuesta a acudir a la peluquería a lavar y marcar tres veces por semana.