Cada temporada, las firmas de maquillaje nos sorprenden con nuevas propuestas de colorido, a veces más arriesgadas, a veces más ponibles. Es cierto que en tendencias no existen normas y que jugar y experimentar con los diferentes tonos buscando un estilo propio puede ser muy favorecedor. Sin embargo, no es lo mismo maquillar unos ojos de color azul que otros castaños. Le damos las claves para acertar y encontrar el look que más le va a su mirada.
Cuando se trata de realzar los ojos claros, conviene huir de los tonos muy intensos como el negro. Este color, aun siendo el más habitual, puede resultar algo fuerte, siendo más favorecedores los castaños o los grises, tanto para delinear como para la máscara de pestañas. Además, si no tiene las ojeras muy marcadas, puede probar a usar máscara en tonos violín o violeta profundo, que potencian los reflejos azules de forma muy natural.
En cualquier caso, debe difuminar siempre muy bien los colores y no dejar que le resten protagonismo a la mirada, un error muy común en las personas de ojos claros. A los ojos azules les favorece mucho el llamado color marrón visón, un tono castaño grisáceo terroso que resulta similar al de la piel. Basta con aplicar un velo de color muy ligero sobre todo el párpado móvil y en una línea muy fina y delicada justo en la raíz de las pestañas inferiores. Para un efecto más intenso, pruebe con un castaño oscuro, teniendo siempre cuidado en que no sea un tono rojizo o terracota, que le da un aspecto cansado e irritado a los ojos claros. Este conviene aplicarlo con moderación, bordeando el ojo en una línea pegada a la raíz de las pestañas, e igualmente con un trazo muy suave.
Resultan muy favorecedores delineados con lápiz y/o sombras en color malva, ya que toda la gama de los lilas destaca el tono esmeralda y le da un brillo especial. Es importante elegir un tono satinado, más mate y profundo que chillón. Eso sí, más vale tener cuidado con los lilas si se tienen muchas ojeras, en cuyo caso pueden parecer más pronunciadas.
Eso no quiere decir que sea ésta la única opción posible: no dude en jugar con los grises ahumados, de aspecto muy sofisticado, o con los verdes musgo, oscuros, profundos y perfectos para la luz fría del otoño y del invierno. ¿Prefiere jugar con los castaños? Huya de los marrones rojizos, como el terracota, y utilice gamas más amaderadas.
Lógicamente, el negro siempre es una apuesta segura, aunque puede resultar demasiado intenso y dar un aire duro y agresivo a la mirada, por lo que conviene limitarlo a la máscara de pestañas. Un recurso muy habitual es recurrir al negro para intensificar el tono de los ojos verdosos, y si bien esto puede resultar muy seductor, es un look sólo recomendable para quienes quieran un maquillaje marcado, sofisticado y atrevido.
Evite los colores derivados del azul, porque no conrastan ni realzan el color verde del iris.
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