Su uso puede crear una mirada amplia, sofisticada, seductora
Pero ¡cuidado! Una mala aplicación de la máscara puede dar lugar a los nada deseables pegotes. Le proponemos la mejor guía para una mirada radiante.
Un buen consejo: nada de bombear el cepillo dentro y fuera del tubo de máscara. Así sólo se consigue que entre aire y la fórmula caduque y se seque antes. Si hace falta agitarlo, es mejor hacerlo rodar entre las palmas. No conviene que haya demasiado producto en el extremo del cepillo. Es mejor eliminar el exceso con un tissue que en la boca del envase. Para maquillar las pestañas superiores, se deposita el cepillo en la base y se mueve de abajo arriba, con un suave gesto de zigzag, cubriendo bien la punta. Hay que insistir en las pestañas del rabillo del ojo, que cuando se resaltan, abren la mirada. Las pestañas inferiores se dibujan posando el cepillo en la raíz y moviéndolo de un lado a otro. No hace falta maquillarlas hasta la punta: es mejor marcar tan sólo la línea del ojo. Quien tenga muchas ojeras puede renunciar a maquillar las pestañas inferiores. Para aplicar una segunda capa de máscara hay que esperar a que la primera esté totalmente seca. En caso de tener las pestañas muy finas, es mejor que en la segunda aplicación se maquille tan sólo la punta. Para hacerlo, prueba a cerrar los ojos y pasar el cepillo sólo por el extremo del pelo. Nada de separar las pestañas con agujas ni nada parecido: hay excelentes utensilios que combinan peine y un cepillo para peinar las cejas. Si le gustan las pestañas rizadas, use el rizapestañas antes de la máscara, nunca después, pues se romperían con mucha facilidad. Al entrar en contacto con los delicadísimos y siempre sensibles ojos, hay que tener especial cuidado con las máscaras de pestañas. Es preferible no prestar la máscara (al igual que los lápices de ojos), puesto que se puede contagiar conjuntivitis con mucha facilidad. Si se sufre un episodio de conjuntivitis, es mejor reemplazar la máscara y tirar la antigua para no reinfectarse. Una vez abiertas, las máscaras de pestañas deben cambiarse cada seis meses como máximo.