Los alimentos han encontrado su hueco en la cosmética y no son pocos los productos que aprovechan las bondades de algunos ingredientes típicos de la cocina. Tomate, leche, miel, chocolate... y también la vitamina C, presente sobre todo en la naranja, pero también en todos los cítricos, así como en fresas, kiwis o pimientos. Se ha convertido en una de las grandes estrellas de la cosmética desde que se ha descubierto cómo aprovechar sus enormes cualidades como antioxidante. ¿Sus vitudes? No sólo ataca de frente a los radicales libres, sino que apoya y potencia la acción de otros activos antioxidantes, mejorando su eficacia.
Hasta ahora, uno de los principales problemas de la vitamina C era conseguir estabilizarla en una fórmula cosmética, dado que se degrada fácilmente, pero esto se ha conseguido mediante fórmulas como las nanoesferas o formulaciones en polvo que sólo se activan en el mismo momento de la aplicación. Y a esto hay que sumar su agradable olor, que recuerda a la naranja. ¡Que lo disfrute!