Pilates suelo 'vs' máquinas, ¿cuál es mejor?

Juan Rallo nos desvela cuál de las dos técnicas resulta más eficaz

por hola.com

Este mes he decidido poner a prueba un entrenamiento tan famoso como desconocido. Famoso porque ¿quién no ha oído hablar de Pilates? Y desconocido porque ¿cuántas de vosotras habéis probado el Pilates en suelo y máquinas?
Después de hablar con varios monitores de Pilates para planificar mi mes, me ha quedó claro, debo probar ambas modalidades para saber de qué hablo, pues, ambas modalidades fueron creadas por su autor Joseph Pilates, y no como disciplinas alternativas, sino como complementarias.

Suelo 'VS' Máquinas
Empecé por suelo. Pasada la semana empecé con Pilates en máquinas. Bastaron un par de ejercicios para darme cuenta de la diferencia entre hacer Pilates en el suelo o en máquinas. Los ejercicios son los mismos pero las máquinas tienen una doble función. Pueden ofrecer ayuda o pueden ofrecer resistencia, lo que amplía enormemente el abanico de niveles a la hora de trabajar.
Así, durante la primera fase o fase de aprendizaje de los ejercicios sería conveniente dedicarle más tiempo a las máquinas para recibir su asistencia. Una vez aprendidos correctamente movimientos y respiración, pasaríamos a dedicarle más tiempo al suelo, hasta realizar cada ejercicio a la perfección, y llegado este punto, si quisiéramos seguir mejorando, volveríamos a las máquinas para aprovechar sus resistencias y seguir mejorando. Todo esto sin olvidar que ambos deben ser combinados.



La ventaja del Pilates suelo es que es más barato, pues lo podemos encontrar ya casi en cualquier gimnasio, mientras que el Pilates en máquina es más caro, porque los grupos son menores y además requiere de unas instalaciones y máquinas que encarecen el precio final.
Pilates suelo es más agresivo, pues al no haber una asistencia es un reto puro entre la gravedad y la fuerza muscular.
Eso implica que en el caso de existir lesiones, en personas mayores, personas de movilidad reducida, embarazadas y postpartos, siempre es preferible hacer Pilates máquina, y ya no solo por la asistencia de la máquina, sino también por tener mayor vigilancia del profesional.
De hecho, curiosamente, nace primero el trabajo de suelo que el de máquinas, pues es en el suelo donde Joseph diseña sus primeros ejercicios. Con el tiempo, al ver que para algunos alumnos era mejor dotarles de una asistencia, fue cuando diseñó las máquinas.
Otra ventaja de las máquinas es la coordinación de la clase, y el motivo es que las clases son mucho más minoritarias, por un lado, por lógica, al haber menos alumnos, no hay tantas diferencias entre los niveles, pero es que además, como se pueden regular las asistencias o resistencias que ofrecen las máquinas, todos los alumnos pueden estar realizando el mismo ejercicio de manera eficiente aunque sean de un nivel totalmente desigual.

Después de preguntar a muchos monitores, casi todos, y desde luego aquellos que más confianza me han inspirado, rezan el mismo credo, “una clase completa de Pilates debería combinar suelo con máquinas” y es con lo que me quedo. 

Beneficios del Pilates
Vistas las diferencias entre el suelo y las máquinas, vamos a ver las ventajas del Pilates frente a otras disciplinas.
Las ventaja fundamental del Pilates frente a otros deportes, es que te preparan para afrontar el día a día de una manera total, pues el primer requisito que se enseña en Pilates es el de tener una buena postura y una correcta respiración. Así que, ¿qué otro ejercicio se te ocurre que sea más funcional?
Es importante la prolongación de la clase, pues una clase de Pilates no empieza y acaba cuando entras o sales de la sala. Para realizar Pilates correctamente debes mantener una disciplina el resto del tiempo, tanto por la postura, como por la respiración, de lo contrario tu clase se quedará a madias, pues has conseguido los beneficios pero no los has aplicado.
En contra de lo que podría parecer viendo una clase desde fuera, el nivel de esfuerzo en cada ejercicio es muy alto. Sin embargo, Pilates es un sistema de entrenamiento muy agradable, pues aunque la intensidad es muy alta, no hay impactos ni movimientos bruscos, lo que ocasiona que el cansancio muscular sea puro y muy bien localizado.
Sesión a sesión te notarás más fuerte y a la vez más elástica, sin deterioro articular alguno, al contrario, mejorando, a través del equilibrio y simetría corporales, la eficiencia de cada articulación.
Además, para realizar correctamente los ejercicios el nivel de elasticidad muscular debe ser el correcto, de lo contrario los ejercicios se vuelven imposibles, por eso la elasticidad es otra de las cualidades sobre las que actúa el método de manera fulminante.

En resumen...
Yo, personalmente recomendaría clases de 3-4 personas, es mejor que estar solo. Por un lado va a ser más económica estar en un grupo que coger clases individuales, y por otro, uno de los aspectos más importantes del ejercicio es el de la socialización, y concretamente entre los practicantes del Pilates comprobé una energía muy buena, y muy buena sintonía.
En total trabajé con 10 profesores durante el mes, y todos ellos buenísimos, excepto un caso en que topé con un profesor que parecía no haberse preparado demasiado bien. Es una lástima, pues sus escasos conocimientos reducían a una décima parte el beneficio del ejercicio, lo que significa que ese monitor estaba haciendo perder el tiempo a sus alumnos. Al respecto me gustaría recomendarte que te cerciores de que estás ante un monitor serio y bien formado, y como siempre, si es licenciado en educación física o fisioterapeuta, mejor, pues te garantizas unos conocimientos muy importantes que desde luego no va a tener un monitor que ha obtenido un título con un curso de 25 horas. Si puedes, prueba más de un monitor, incluso a igual formación, no todo el mundo tiene los mismos gustos.