Los entrenamientos de alta intensidad y corta duración, ¿son mejores?
Por Estefanía Arnaldo
Cada vez están más de moda los entrenamientos rápidos e intensos, en lugar de las sesiones tradicionales de entrenamiento a un ritmo más bajo y más largas.
Hay muchos centros en los que las clases dirigidas ya son de 30 minutos, por poner un ejemplo, otro ejemplo sería el de los entrenamientos de cardio tipo hiit (high intensity intereval trainig, que traducido significa, entrenamiento interválico de alta intensidad) en el que una sesión de cardio viene a durar unos 25 minutos de subidas y bajadas de ritmos muy intensos. Otros ejemplos son los entrenamientos de crossfit o bootcamp en los que la fórmula coincide, entrenamiento extremadamente duro de unos 25 minutos.
Entonces, ¿qué pasa?, ¿hemos estado engañadas todo este tiempo?, ¿son mejores los entrenamientos cortos?
Obviamente, este tipo de entrenamientos, al durar la mitad deben tener una intensidad del doble, es decir, son realmente duros. Y no, ni siquiera los deportistas de élite hacen exclusivamente este tipo de entrenamientos, no es bueno hacer entrenamientos de intensidad máxima en todas y cada una de las sesiones. Como casi todo en la vida, en el entrenamiento importa la variedad, y con este tipo de entrenamientos se trabajan mucho las cualidades físicas de la fuerza, la resistencia, pero a cambio machacan mucho, demasiado, tanto las articulaciones como los sistemas circulatorio, y muscular, y las recuperaciones son más largas y por tanto no es recomendable realizarlos siempre.
Otra de la razones porque estos entrenamientos se están poniendo de moda, es porque cada vez hay más gente en forma, y por tanto hay más gente que puede soportar estas intensidades. Sin embargo, sobra decir que los entrenamientos en los que se alcanza un número de pulsaciones tan elevado durante un periodo tan largo como unos 20 minutos, están totalmente desaconsejados para cualquiera que no tenga costumbre de entrenar.
Para aquellas personas que realmente estén en buena forma, les recomendaría que combinasen al 50% entre sesiones cortas e intensas y sesiones un poco más largas, de hasta 45 minutos excluyendo calentamiento y vuelta a la calma. A las que estás acostumbrada a entrenar pero no están en su mejor momento, reduciría el alto impacto a una de cada tres sesiones.
Pero, recuerdo, que en ningún caso hacer todos los entrenamientos iguales te va a poner más en forma. Recurre a la variedad.