'He hecho dietas de todo tipo y no consigo bajar de peso'
Para situarnos, Ana es una chica de unos 43 años, y me dice lo siguiente:
“Hasta hace cinco-seis años mantenía mi peso (desde 48 a 52 kilos sin mucho esfuerzo), cuidándome algo entre semana y pasándome los fines de semana.
En 2008 dejé de fumar y no pude evitar subir hasta los 58,500 kilos. Acudí a un médico en que me recetó una dieta baja en hidratos de carbono.
La cuestión es que empecé la primera dieta en mi vida y, tan solo con hacerlo de lunes a viernes bajaba hasta dos kilos. Los fines de semana me la solían saltar. Como veía que bajaba de peso me lo tomé con calma y tardé unos cuantos meses en recuperar mi peso. Además es una dieta muy sencilla, que no te hace hacer dos cosas que para mí serían más difíciles de llevar: pesar los alimentos y marcar lo que comer cada día. Salía incluso con más frecuencia a comer fuera y la hacía sin problema. Luego empecé con el mantenimiento, y aunque fui subiendo hasta 51-52, me mantuve así unos años. Cuando notaba que subía la hacía de nuevo un tiempo y bajaba sin problema.
Hasta que, de repente, dejó de funcionarme. Y ahora estoy en 59-60 kilos y no me funciona nada, no sé qué hacer. He probado todas las dietas que hay en el mercado y nada no bajo ni un kilo”.
Ana es un caso típico de mujer que se ha dedicado a maltratar su propio cuerpo en beneficio, única y exclusivamente del dictado de la báscula, por supuesto, sin que ella supiera que lo que realmente hacía.
Había cogido peso, y no podía hacer absolutamente nada para dejarlo, y la explicación es muy sencilla, había dejado por los suelos su tasa metabólica. Las dietas que bajan rápido el peso no lo hacen eliminando solo grasa, sino que también eliminan masa muscular, además por supuesto de líquidos que se recuperan tan pronto como se recupera la normalidad en la alimentación.
Con estas pérdidas de masa muscular, su cuerpo tal vez baje de peso, y rápido, porque como sabemos la masa muscular pesa más que la masa grasa, con lo que en báscula es más llamativo.
Otro gran problema de Ana, es que se acostumbró a perder peso rápido y apenas sin esfuerzos, y ahora piensa que siempre es así y tiene muy poca paciencia a la hora de aguantar una rutina sana. Y la única manera de tener resultados duraderos es con una forma de vida sana, y más que duradera, permanente.
Ahora, después de tres meses conmigo, entiende que no es una pregunta concreta o un truco lo que le va a hacer ponerse en forma, entiende que es la suma de todo, de lo que hace en la mesa, en la cocina, en la compra, en el gimnasio.
Por supuesto, además de una dieta sana y hecha a su medida, le he recomendado ejercicio.
Hace dos meses Ana, empezó a “correr” a una velocidad de 7,5 km/h, ahora ya va por 10 km/h, y está muy cerca de recuperar su figura, incluso de mejorarla con respecto a sus inicios.
Estar en forma no depende de un hecho puntual, no depende de darle una oportunidad de una semana a una dieta milagro, sino de la trayectoria y eso es lo que le se había olvidado.
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