Electroestimulación: la técnica que complementa tu entrenamiento
La electroestimulación es aquel sistema de entrenamiento que consiste en activar la musculatura artificialmente a base de descargas eléctricas
En mi afán por enseñarte las novedades del mercado he encontrado otra máquina que da un paso de gigante hacia el futuro, en este caso en el mundo de la electroestimulación.
La electroestimulación, para que te sitúes si no la conoces, es aquel sistema de entrenamiento que consiste en activar la musculatura artificialmente a base de descargas eléctricas. Seguramente habrás visto la parte menos profesional de la electroestimulación en aquellos anuncios que emiten en televisión a altas horas de la madrugada, en los que poniéndose un cinturón o unas “mariposas”, y con algún truco de edición barato, todos acaban teniendo cuerpos de modelos.
Sin embargo, la electroestimulación es mucho más que, eso. Los fisios llevan décadas usando este sistema para evitar las pérdidas de masa muscular ante la imposibilidad de mover alguna articulación.
Y este fenómeno dio mucho que pensar a los entrenadores hace unos 30 años, de manera que si se podía evitar la atrofia muscular a través de descargas eléctricas, por qué no se iba a poder incrementar la propia masa muscular.
Claro que las descargas eléctricas necesarias para trabajar un músculo sano son mucho mayores que las necesarias para no perder masa muscular, y eso conlleva que el esfuerzo sea bastante más intenso y doloroso.
La primera que vez que te pones un electroestimulador sientes una extraña sensación de pérdida de control, sientes que tu músculo se contrae sin la intervención de tu voluntad, de manera totalmente involuntaria, más extraño te sientes cuando ves el aparato en manos de otra persona, que es la que decide cuánto se va a contraer tu musculatura.
Además de esta extraña sensación, también hay una un poco más carnal, en forma de casi dolor, y digo casi dolor, porque es una sensación desagradable, pero no llega a ser dolor, es un ligero sentir de la descarga eléctrica en cuestión, y como la electricidad invade toda tu zona muscular.
Esta forma de “entrenar” tenía muchos detractores y no tantos defensores, pues al ser algo tan poco natural generaba mucho rechazo entre los entrenadores más tradicionales. Sin embargo, este sistema ha seguido evolucionando.
Después de que desaparecieran los cables en los pequeños aparatos domésticos y de que se inventasen unas prendas de ropa capaces de hacer que trabajes de una vez todo el tren superior o inferior, se fue volviendo mucho más cómodo y haciéndose con su pequeño hueco dentro de los centros deportivos.
Aunque ya había probado la electroestimulación, nunca lo había hecho de una manera tan exclusiva como este mes, y me ha gustado la experiencia, sobre todo, por las conclusiones tan claras que he sacado. Aquí te las dejo en forma de pros y contras.
Ventajas
1) Ya se ha convertido en un entrenamiento rápido, pues desde que nacieron los pantalones o las camisetas en las que se trabajan varios grupos musculares a la vez, en 20 minutos terminas una sesión global. Antiguamente es lo que tardabas en entrenar cada uno de los grupos musculares, pues tenías que colocarte los electrodos en los cuádriceps y terminar los 15 minutos, luego glúteos y otros tantos, con lo que era bastante más lento que un entrenamiento normal, eso ya no pasa.
2) Otra ventaja es que no se deja un solo grupo por trabajar. Al ser una máquina quien te envía los impulsos necesarios para contraer la musculatura, no tienes que estar pendiente de si he trabajado bien tal músculo o tal otro, con la electroestimulación sabes que has trabajado bien toda la zona.
3) También tiene la ventaja de que es independiente de tu estado de ánimo, pues al no ser un movimiento voluntario y omitirse las órdenes cerebrales en la ecuación, no importa nuestro estado de ánimo, la electricidad igual hará su trabajo.
4) Con un par de días a la semana tienes suficiente para mantener tu cuerpo tonificado.
Desventajas
1) La primera desventaja es que se pierde lo más importante del ejercicio, la diversión. Si algo te divierte lo repites, si no, no. Y la electroestimulación es lo contrario a algo divertido, pues trabajar intensamente con ella requiere bastante aguante del dolor.
2) Otra de las desventajas es que no es un entrenamiento en el que haya movimiento, al contrario, lo normal es estar parado y eso impide que trabajes la musculatura en todos sus ángulos de movimiento.
3) Tampoco ganas nada más allá de la tonificación temporal, pues no trabaja la coordinación como en una clase de baile o tampoco llegas a trabajar el sistema cardiovascular como en una sesión ciclo o una carrera.
4) Y por último, no lo puedes realizar en cualquier sitio, tienes que desplazarte a uno de los pocos centros donde tengan un aparato de última generación, pues los antiguos, directamente te recomiendo que ni los pruebes.
Conclusiones:
Yo, personalmente, no voy a incluir este sistema en el entrenamiento, pues me sigue pareciendo un poco el antideporte, la alternativa para trabajar los músculos sin esfuerzo, aunque recuerdo, que sí conlleva un esfuerzo a la hora de aguantar dolor. Yo creo que el ejercicio en todas sus formas es muy agradable y no me apetece renunciar al esfuerzo en sí, a la capacidad de superación a partir de lo más importante, mi propia mente.
Pero soy consciente de que tiene su público y me parece bien que lo utilicen, todo lo que venga a mejorar la salud y la estética bienvenido sea.
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La electroestimulación, para que te sitúes si no la conoces, es aquel sistema de entrenamiento que consiste en activar la musculatura artificialmente a base de descargas eléctricas. Seguramente habrás visto la parte menos profesional de la electroestimulación en aquellos anuncios que emiten en televisión a altas horas de la madrugada, en los que poniéndose un cinturón o unas “mariposas”, y con algún truco de edición barato, todos acaban teniendo cuerpos de modelos.
Sin embargo, la electroestimulación es mucho más que, eso. Los fisios llevan décadas usando este sistema para evitar las pérdidas de masa muscular ante la imposibilidad de mover alguna articulación.
Y este fenómeno dio mucho que pensar a los entrenadores hace unos 30 años, de manera que si se podía evitar la atrofia muscular a través de descargas eléctricas, por qué no se iba a poder incrementar la propia masa muscular.
Claro que las descargas eléctricas necesarias para trabajar un músculo sano son mucho mayores que las necesarias para no perder masa muscular, y eso conlleva que el esfuerzo sea bastante más intenso y doloroso.
La primera que vez que te pones un electroestimulador sientes una extraña sensación de pérdida de control, sientes que tu músculo se contrae sin la intervención de tu voluntad, de manera totalmente involuntaria, más extraño te sientes cuando ves el aparato en manos de otra persona, que es la que decide cuánto se va a contraer tu musculatura.
Además de esta extraña sensación, también hay una un poco más carnal, en forma de casi dolor, y digo casi dolor, porque es una sensación desagradable, pero no llega a ser dolor, es un ligero sentir de la descarga eléctrica en cuestión, y como la electricidad invade toda tu zona muscular.
Esta forma de “entrenar” tenía muchos detractores y no tantos defensores, pues al ser algo tan poco natural generaba mucho rechazo entre los entrenadores más tradicionales. Sin embargo, este sistema ha seguido evolucionando.
Después de que desaparecieran los cables en los pequeños aparatos domésticos y de que se inventasen unas prendas de ropa capaces de hacer que trabajes de una vez todo el tren superior o inferior, se fue volviendo mucho más cómodo y haciéndose con su pequeño hueco dentro de los centros deportivos.
Aunque ya había probado la electroestimulación, nunca lo había hecho de una manera tan exclusiva como este mes, y me ha gustado la experiencia, sobre todo, por las conclusiones tan claras que he sacado. Aquí te las dejo en forma de pros y contras.
Ventajas
1) Ya se ha convertido en un entrenamiento rápido, pues desde que nacieron los pantalones o las camisetas en las que se trabajan varios grupos musculares a la vez, en 20 minutos terminas una sesión global. Antiguamente es lo que tardabas en entrenar cada uno de los grupos musculares, pues tenías que colocarte los electrodos en los cuádriceps y terminar los 15 minutos, luego glúteos y otros tantos, con lo que era bastante más lento que un entrenamiento normal, eso ya no pasa.
2) Otra ventaja es que no se deja un solo grupo por trabajar. Al ser una máquina quien te envía los impulsos necesarios para contraer la musculatura, no tienes que estar pendiente de si he trabajado bien tal músculo o tal otro, con la electroestimulación sabes que has trabajado bien toda la zona.
3) También tiene la ventaja de que es independiente de tu estado de ánimo, pues al no ser un movimiento voluntario y omitirse las órdenes cerebrales en la ecuación, no importa nuestro estado de ánimo, la electricidad igual hará su trabajo.
4) Con un par de días a la semana tienes suficiente para mantener tu cuerpo tonificado.
Desventajas
1) La primera desventaja es que se pierde lo más importante del ejercicio, la diversión. Si algo te divierte lo repites, si no, no. Y la electroestimulación es lo contrario a algo divertido, pues trabajar intensamente con ella requiere bastante aguante del dolor.
2) Otra de las desventajas es que no es un entrenamiento en el que haya movimiento, al contrario, lo normal es estar parado y eso impide que trabajes la musculatura en todos sus ángulos de movimiento.
3) Tampoco ganas nada más allá de la tonificación temporal, pues no trabaja la coordinación como en una clase de baile o tampoco llegas a trabajar el sistema cardiovascular como en una sesión ciclo o una carrera.
4) Y por último, no lo puedes realizar en cualquier sitio, tienes que desplazarte a uno de los pocos centros donde tengan un aparato de última generación, pues los antiguos, directamente te recomiendo que ni los pruebes.
Conclusiones:
Yo, personalmente, no voy a incluir este sistema en el entrenamiento, pues me sigue pareciendo un poco el antideporte, la alternativa para trabajar los músculos sin esfuerzo, aunque recuerdo, que sí conlleva un esfuerzo a la hora de aguantar dolor. Yo creo que el ejercicio en todas sus formas es muy agradable y no me apetece renunciar al esfuerzo en sí, a la capacidad de superación a partir de lo más importante, mi propia mente.
Pero soy consciente de que tiene su público y me parece bien que lo utilicen, todo lo que venga a mejorar la salud y la estética bienvenido sea.