Con los propósitos de año nuevo acuden a mi consulta muchos pacientes con el objetivo de dejar de fumar sin coger peso. Lo primero que les digo es que dejar de fumar genera mucha ansiedad y es muy complicado compaginarlo con dieta. Pero, aún así, es posible.
La nicotina actúa sobre el sistema nervioso central provocando dependencia psíquica, aumento del metabolismo basal y pérdida de apetito. Dejar de fumar genera ansiedad, disminución del metabolismo basal y aumento del apetito. Estos efectos pueden paliarse controlando la alimentación y con la práctica de ejercicio físico.
Es muy importante establecer un orden de comidas que evite picar entre horas. La dieta debe incluir tentempiés equilibrados. El secreto radica en ingerir con frecuencia alimentos poco energéticos, para evitar el hambre y la ansiedad. También es muy importante beber con más frecuencia ya que nos ayudará a aumentar la sensación de saciedad y a hidratarnos. Las mejores alternativas son: agua, zumos e infusiones.
La dieta debe ser rica en antioxidantes ya que éstos nos ayudarán a eliminar los tóxicos acumulados por el tabaco. Por eso, lo ideal es consumir como mínimo cinco raciones de frutas y verduras, dándole prioridad a verduras depurativas como espárragos, alcachofas, apio, etc.
Es recomendable evitar aquellos alimentos que puedan incitarnos a fumar como puede ser el café o cualquier excitante. También, sería conveniente utilizar algún análogo a la nicotina (chicles, parches,) que nos ayude a controlar el síndrome de abstinencia.
Por último, me gustaría recalcar que uno de los métodos más eficaces para dejar de fumar y no coger peso es el ejercicio físico. La práctica diaria de algún deporte nos ayudará a quemar calorías y a controlar la ansiedad generada por la falta de nicotina.