Nuestro cuerpo humano suele estar en torno a los 37ºC y el encargado de mantener esta temperatura es nuestro sistema de termorregulación, que actúa como un termostato para mantenerla lo más estable posible, a través de la vasodilatación y la sudoración. Cuando realizamos ejercicio físico se complican las cosas para este sistema, ya que el ejercicio y las condiciones en las que lo realizamos (temperatura y humedad) elevan nuestra temperatura corporal.
Por ello es muy importante la hidratación, ya que perderemos gran cantidad de líquido por la sudoración y debemos recuperar el máximo posible para mantener unos niveles adecuados.
Mis consejos:
1- Bebe antes de realizar ejercicio, durante y después. 2- Durante el ejercicio intenso no bebas grandes cantidades, mejor a sorbos pequeños y más constantemente. 3- Borra de tu mente creencias como que por sudar más vas a conseguir mejores resultados, ya que son erróneas. 4- No esperes a tener sed para beber, eso ya es signo de deshidratación 5- Lleva siempre una botella para recordar que tienes que beber. 6- Bebidas isotónicas o de sabores te resultarán más atractivas y te ayudan a reponer también minerales. 7- Aumenta la ingesta de líquidos en verano y en condiciones más altas de humedad y temperatura: clases cerradas, climas cálidos, etc.
Siguiendo estos consejos conseguirás estar bien hidratado, disminuirás tu fatiga y lo más importante: mejorarás tu rendimiento.