A la hora de realizar deporte y ejercicio físico, no debemos planteárnoslo exclusivamente cómo una forma de mejorar nuestro físico o mantenerlo; sino también como una vía para mejorar nuestra SALUD.
Llevar una vida saludable es sin duda un estilo de vida que podemos aplicar a cualquiera de nuestras actividades diarias.
Por ejemplo, a la hora de ir al trabajo debemos valorar la opción de ir caminando o en bicicleta, si no puede ser todo el recorrido, sí gran parte del mismo. Una parte del trayecto la podemos realizar en transporte público y el resto haciendo ejercicio. En muchos transportes públicos de ciudades españolas dejan llevar bicicleta en ciertos horarios, para facilitarnos la movilidad. Plantéate subir escaleras y olvidarte del ascensor también puede ser un buen reto.
Por otro lado, como parte fundamental de una vida sana, nos encontramos con nuestros hábitos alimenticios. Debemos controlar lo que comemos; en este aspecto un truco que funciona muy bien es planificarnos la comida con menús semanales, que nos van a facilitar tanto el tiempo que pasamos preparándolo como la compra, ya que vamos a saber exactamente lo que comprar y así ahorraremos en tiempo y dinero.
Además nuestros hábitos respecto al tabaco y al alcohol, también dicen mucho de nuestro estilo de vida: si quieres llevar una vida saludable 100% debes reducir o eliminar ambos.
Y por último está la rutina deportiva que seguimos: muchas veces por pereza, falta de tiempo y cualquier excusa que nos pongamos no hacemos nada de ejercicio; pero debemos movernos y empezar a dejar de lado la vida sedentaria. Un consejo que te doy es que si consigues encontrar tu actividad ideal (puede que te apasione el running, el Yoga o simplemente pasear por las tardes) estarás más motivado y tu rutina de ejercicio pasará de ser una obligación a una satisfacción diaria.
Si sigues estos tres pasos y llevas una vida mucho más saludable vas a conseguir mejorar tus cualidades físicas básicas: la fuerza, la resistencia, la velocidad y la flexibilidad, lo que va a mejorar tu estado de salud actual y así obtendrás un cambio físico positivo y mejoraras tu actividad diaria (desde rendir más en el trabajo a poder cargar mejor con la compra o jugar con los niños de la familia)
Además no sólo estarás mejorando actualmente sino que vas a prevenir enfermedades y lesiones futuras, con lo que vas a invertir en calidad de vida.