¿Has notado que han aumentado las manchas en tu piel? Por diferentes motivos, estas pequeñas lesiones pueden aparecer en tu cutis. Un problema que afecta a un buen número de personas que se enfrentan a un problema que no siempre tiene fácil solución. Ahora bien, el primer paso es diferenciar el tipo de mancha pigmentaria para así saber cómo debemos actuar.
Lo primero es tener en cuenta, como nos explican en la firma Ducray, que la pigmentación de la piel, por hiperproducción de melanina, constituye un mecanismo de defensa para protegerse de los radicales libres producidos por la radiación solar. Pero existen casos en los que esta pigmentación se hace anárquica. Se observa un exceso de producción y un reparto irregular de la melanina que desemboca en la aparición de manchas hiperpigmentadas, benignas pero antiestéticas, como el melasma y el lentigo, que se caracterizan por estos defectos de pigmentación.
El melasma
Se caracteriza por la aparición de manchas de tono oscuro, localizadas de manera simétrica sobre el rostro. Las zonas más susceptibles de ser afectadas son las mejillas, la frente, el mentón y el labio superior. Estas manchas tienen bordes irregulares y su color oscuro varía de intensidad.
El melasma es más frecuente en las mujeres morenas que tienen la piel mate (fototipos III y IV). Aparece con mayor frecuencia durante el embarazo (1/4 mujeres embarazadas), es lo que se denomina el cloasma o paño de embarazada, pero también puede darse en mujeres que utilizan anticeptivos orales (1/3 mujeres). Por lo tanto, está claramente relacionado con la estimulación hormonal y, particularmente, con la presencia de estrógenos. El melasma aparece debido a la exposición solar. Así, para prevenir y evitar su aparición es fundamental protegerse eficazmente del sol.
Léntigo
Es denominado comúnmente como “mancha del envejecimiento”. Los lentigos tienen forma redondeada u ovalada y aparecen solos o en grupos de 3 o 4. Al principio tienen un color beige pálido, con tendencia a oscurecerse con los años. Causados por la exposición solar, el lentigo afecta a los lugares de la piel expuestos al sol: rostro, manos, brazos, hombros, piernas, espalda, etc. Son más frecuentes los fototipos claros (rubios o pelirrojos).
Los primeros lentigos surgen alrededor de los 50 años, incluso antes en las personas que pasan mucho tiempo al aire libre o que se exponen repetidamente al sol. De hecho, su causa principal es la acumulación de radiación ultravioleta, por lo que aparecen con el paso del tiempo, especialmente en las zonas más expuestas, como rostro y dorso de las manos.
¿Y las pecas? Conocidas por los dermatólogos como efélides, son características de las personas de piel y pelo claro, como rubios y pelirrojos. Son pequeñas manchas presentes en la faz durante todo el año que se intensifican en verano, pero que una vez pasada la época de exposición solar, se atenúan de nuevo.
Para profundizar aún más en este tema de las manchas pigmentadas, contamos con el asesoramiento del doctor José Luis López Estebaranz, jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Universitario Fundación Alcorcón de Madrid y miembro de la AEDV (Academia Española de Dermatología y Venereología), quien resuelve de manera sencilla algunas de las principales dudas que pueden surgirte.
¿Cuáles son los motivos de aparición de manchas en la piel?
Existen muchos tipos de manchas pigmentadas en la piel. Unas aparecen desde el nacimiento o en la infancia, son los nevus melanocíticos o lunares. Otras aparecen por los efectos de la luz ultravioleta y el envejecimiento de la piel, son los léntigos solares (manchas de la edad). Otras pueden aparecer por factores hormonales (melasmas y cloasmas) y por reacciones de los rayos ultravioleta en personas bajo ciertos tratamientos farmacológicos (antihipertensivos, antidepresivos, antibióticos, etcétera).
¿Cómo se producen?
Dependiendo del tipo de mancha el mecanismo de producción es distinto. En los nevus ocurre un acúmulo de melanocitos en las capas más superficiales de la piel. En los léntigos o manchas solares hay un aumento de melanina (pigmento marrón) en la epidermis o dermis superficial.
¿Existen tratamientos para reducirlas o eliminarlas? De ser así, ¿qué fiabilidad tienen?
Hoy día disponemos de distintos procedimientos fiables para eliminar o atenuar las distintas manchas pigmentadas de la piel. En el caso de los nevus o lunares se puede utilizar la cirugía con anestesia local para eliminarlos y analizarlos en el microscopia (estudio dermopatológico). En los léntigos simples o seniles, el método más preciso y seguro para eliminarlos es el láser q-switch de 532 y 1064 nm que libera energías de alta intensidad en nanosegundos y el IPL (Luz Pulsada Intensa). En las manchas tipo melasma o cloasma, los peelings químicos despigmentantes son el tratamiento más eficaz. Es muy importante en estos casos usar unas medidas de fotoprotección adecuadas.
¿Cómo se pueden prevenir las manchas?
Es fundamental protegernos de la exposición solar utilizando distintas medidas de fotoprotección (gorras, prendas de manga larga, etc). Hoy día el uso de un filtro solar con alto índice de protección y acorde a cada tipo de piel es fundamental. Es la medida más eficaz para prevenir el fotoenvejecimiento de la piel y la aparición de manchas solares. En los niños es fundamental evitar las quemaduras solares que suponen un riesgo a largo plazo de cáncer de piel y usar un fotoprotector no alergénico y de muy alto índice de protección.
¿Existe una mayor tendencia a desarrollar manchas en la piel por factores hereditarios?
El fototipo de cada persona y factores genéticos hacen que unas personas sean más propensas a presentar manchas solares y a la aparición de nevus o lunares.
¿Cuándo hay que preocuparse por una manchas?
En general, una mancha o lunar que cambia bruscamente de forma, color, tamaño, que crece o que sangra, o pica debe alertarnos y hacernos consultar con un especialista, con un dermatólogo. Estos pueden ser los síntomas y signos iniciales de un melanoma o cáncer de piel.
¿Cuáles son las manchas que deben examinarse?
Debe examinarse toda mancha de nueva aparición o que cambie de morfología (forma, tamaño, color), que tenga varios colores y abigarrados, que se ulcere o sangre, que sea asimétrica e irregular o que crezca irregularmente.
También deben examinarse periódicamente las personas que tengan múltiples nevus o lunares (más de 50-100) o antecedentes personales o familiares de cáncer de piel o melanoma, a que tienen mayor riesgo de desarrollar este tipo de tumores. Hoy día disponemos de un sistema, dermatoscopia digital y dermatoscopia computerizada que nos permite realizar un seguimiento preciso a estas personas con múltiples nevus melanocíticos y detectar de forma precoz el cáncer de piel.