Estrenamos el mes de junio y no parece que el buen tiempo se decida a acompañarnos del todo. Pero, ¡tranquila!, el verano finalmente llegará, y tendrás tu oportunidad de disfrutar del sol. Y has de hacerlo, eso sí, con cabeza y usando el sentido común para prevenir males mayores -hay que tener en cuenta que cada año se diagnostican unos 4.000 casos de melanoma en nuestro país-. El doctor Ángel Pizarro, dermatólogo experto en prevención y diagnóstico precoz del melanoma y responsable de la Unidad de Prevención y Diagnóstico Precoz del Melanoma de la Clínica Dermatológica Internacional, nos resume en 10 puntos las claves para disfrutar de las bondades del astro rey sin descuidar nuestra salud.
1. El tiempo justo. Para la mayoría de personas, 10 a 20 minutos de exposición solar diaria sin protección solar o con baja protección, a media mañana o a media tarde, pueden aportar beneficios para su salud con mínimos riesgos para su piel. La exposición solar que exceda ese tiempo o que se produzca al medio día sí requiere mayores medidas de protección solar.
2. Ojo con las quemaduras. En situaciones de exposición solar intermitente (por ejemplo, quien solo toma el sol en su mes de vacaciones o en algún fin de semana aislado), procurar evitar siempre la quemadura solar. En pieles claras, no buscar el bronceado rápido.
3. ¿Pasa muchas horas al sol? En situaciones de exposición solar habitual, protegerse con ropa adecuada y cremas solares. Es improbable el déficit de vitamina D en quienes pasan muchas horas al sol de forma habitual, en este contexto hay que favorecer la protección solar.
4. Evitar el medio día. Intenta no exponerte al sol entre las 12 y las 16 horas, y si nos exponemos al sol en ese intervalo horario, hacerlo siempre con protección solar alta.
5. Ojo incluso a la sombra. El agua del mar, la arena de la playa y la nieve reflejan mucho la luz solar. Incluso a la sombra conviene usar protectores solares si vamos a permanecer de forma prolongada en esos medios, y más aún si es en el entorno del medio día.
6. Uso de las cremas. No utilizar las cremas solares para aumentar indiscriminadamente el tiempo de exposición solar y si la exposición solar es prolongada, volver a aplicar la crema al menos cada dos horas.
7. Sé generoso. Aplicar las cremas solares en cantidad suficiente y de forma homogénea sobre las zonas expuestas. El índice de protección solar real queda lejos del que indica el envase si la cantidad de protector solar que empleamos es pequeña.
8. ¿Qué producto elegir? Elegir productos de protección solar adecuados a nuestro tipo de piel y a la zona donde se van a aplicar, preferentemente con índices de protección entre 20 y 50. Cuando tengamos dudas, solicitar consejo del dermatólogo o del farmacéutico.
9. ¿Y los niños? En los primeros dos años de vida no debemos poner a los niños a tomar el sol y durante la infancia han de elegirse cremas solares especialmente diseñadas para la piel infantil.
10. Actúa con sentido común. En pieles muy claras, en enfermedades que cursan con excesiva sensibilidad al sol o en enfermedades que elevan el riesgo de cáncer de piel, los perjuicios de la exposición solar pueden superar a sus potenciales beneficios, incluso ante una exposición solar moderada. En esos casos, la protección solar debe ser estricta y para prevenir el déficit de vitamina D, lo más razonable sería tomar suplementos de vitamina D bajo supervisión médica.