Llega el calor y los pies cobran protagonismo. Pero, eso sí, el paso del zapato cerrado a las sandalias puede causarles problemas. Vamos a darte una serie de trucos para que alivies estos pequeños trastornos en la medida de lo posible.
'Mis pies arden'
Es una buena opción disfrutar de un pediluvio que alivie la congestión y refresque los pies, aplicando después una crema con algún agente refrescante como el mentol.
'Su piel está seca y áspera'
Ante todo, debes ser constante en tres pasos diarios: limar, exfoliar e hidratar, para evitar el engrosamiento del estrato córneo. Usa una lima específica para las zonas más gruesas, una exfoliante para todo el conjunto del pie y una crema que, a ser posible, debes aplicar tanto por la mañana como por la noche.
'¡No sé qué hacer con las durezas!'
No intentes eliminarlas de la noche a la mañana. Es conveniente acudir a un podólogo que elimine la piel muerta sin dañar el tejido sano. Posteriormente, es importante mantener un cuidado continuo de estas zonas para evitar que se vuelvan a formar.
'Mis pies están hinchados'
Sumérgelos en un baño de agua fría con sal o, aún mejor, alterna baños de agua fría y caliente para reactivar la circulación. Extiende un producto refrescante y pon los pies en alto (a una altura superior a la del corazón) para mejorar el riego sanguíneo.