Te has puesto ya manos a la obra contra la celulitis, pero tienes dudas. Para empezar, sabes que no todas las celulitis son iguales, pero en pocas ocasiones se da un solo tipo de celulitis: en general, se presenta de varios tipos, dependiendo de la zona del cuerpo. Saber cuál es la predominante ayuda a ponerle freno. Por eso, hemos contado con la opinión de la doctora García Maroto, de la Clínica de la Fuente, de Madrid, quien nos ha hablado de los tres tipos de celulitis más habituales. Toma nota si quieres ganarle la batalla.
¿Cuántos tipos de celulitis hay?
Celulitis generalizada: aparece exclusivamente en mujeres obesas, con hábitos alimentarios desequilibrados. Aparece en la pubertad y con la edad se agrava más, ocasionando importantes cambios estéticos.
Celulitis localizada: aparece en zonas localizadas del cuerpo. Suele aparecer en la pubertad o en jóvenes de 16 a 20 años. Hay diferentes tipos de celulitis localizada:
1º. Celulitis dura.
2º. Celulitis edematosa.
3º. Celulitis flácida.
En general la celulitis localizada suele ser una mezcla de las tres anteriores.
¿Son fáciles de reconocer?
Sí. Aunque hay síntomas comunes a las tres celulitis localizadas como son dolor, sensación de pesadez, edema en piernas, dificultad a la movilidad, dolor espontáneo o al tacto, hay características propias de cada tipo de celulitis.
¿Cuáles son las características de cada uno?
La celulitis dura se observa generalmente en deportistas o bailarinas con tejidos firmes y bien tonificados. Suele aparecer en zonas muy localizadas, generalmente en la cara externa de muslos y la cara interna de las rodillas y se pone de manifiesto al pellizcar, cuando aparece la conocida “piel de naranja”. No suele presentar dolor y debido a una mala alimentación y oxigenación, la capa más externa de la piel (epidermis) es delgada y tiene aspecto seco y rugoso.
Mientras, la celulitis edematosa, aunque es más frecuente en jóvenes y adolescentes, también puede en mujeres de edad adulta. Se localiza sobre todo en los miembros inferiores que aparecen como “piernas gruesas” desproporcionadas con el resto del cuerpo (cintura estrecha y poco pecho).
La piel presenta a simple vista la típica piel de naranja, está asociada a retención de líquidos y a insuficiencia venosa.
Por último, la celulitis flácida es típica de personas sedentarias o de aquellas que fueron muy activas pero que ahora no lo son. También es frecuente en personas que han aumentado y bajado de peso bruscamente. Las piernas, brazos y/o abdomen suelen presentar piel de naranja y relajación excesiva de tejidos.
¿Cuáles son las soluciones para cada una de ellas?
Lo primero que queremos precisar es que es un experto quien debe valorar nuestro caso concreto y decidir cuál es el protocolo que se debe seguir. Pero hay una serie de aspectos generales que pueden servirte de orientación. La doctora García Maroto nos da sus consejos, a los que añadimos algunas otras opciones.
Tratamiento de celulitis dura: la doctora García Maroto apunta que el tratamiento indicado para este tipo de celulitis sería la cirugía, ya que suele ser un acúmulo muy localizado de grasa subcutánea que habría que extraer mediante una cánula. Y además, podemos añadir que requiere cosmética intensiva aplicada dos veces al día, y luego un trabajo de mantenimiento durante todo el año. La mesoterapia es muy eficaz, así como los tratamientos de instituto que "despeguen" la piel, como la aparatología LPG o Vela, siempre y cuando no haya flacidez.
Tratamiento de celulitis edematosa: el tratamiento incluiría varios procedimientos como son el masaje de drenaje linfático para eliminar acúmulos líquidos, la mesoterapia que consiste en la inyección intradérmica de un “coctel” de medicamentos en la zona concreta a tratar. Se inyectan productos homeopáticos para eliminar grasa (lipolíticos), para mejorar la piel de naranja (anticelulíticos), para activar la circulación venosa de retorno y para reafirmar los tejidos.
Incluiríamos en el tratamiento una dieta individualizada para cada paciente, pues en este tipo de celulitis suele existir sobrepeso. Y además... Está muy relacionada con la retención de líquidos y problemas circulatorios, por lo que lo más importante es tratar estos dos aspectos, pues además a menudo aparecen varices en mayor o menor grado. Les favorece el drenaje linfático, la presoterapia y todo aquello que mejore drenaje y circulación, incluidas infusiones o complementos venotónicos, como el ginseng, el ruscus o el castaño de Indias.
Tratamiento para la celulitis flácida: el tratamiento consistiría en aplicar masaje de drenaje linfático, radiofrecuencia (para reafirmar tejidos) y rayos infrarrojos (para eliminar grasa acumulada). A continuación inyectaríamos productos homeopáticos reafirmantes (mesoterapia) en la zona a tratar. Requiere mejorar la circulación, generalmente perder unos kilos (es más frecuente en las zonas donde hay acumulación extra de grasa), y reafirmar la piel, que se queda algo laxa. También le van bien los tratamientos de electroescultura y de endermología.