Aunque no les prestemos toda la atención que necesitan, lo cierto es que los pies son una parte del cuerpo especialmente delicada en estos meses, y que puede sufrir en exceso durante las vacaciones. Hongos, cortes, rozaduras... Te damos tres sencillas recomendaciones para que puedas decir eso de ‘más vale prevenir que curar’:
- Hay que tener especial cuidado con la higiene en las piscinas, playas, ríos o lagos y mantener los pies secos después del baño.
- Además, no hay que caminar descalzo por las piscinas u otros lugares de riesgo, por el aumento de probabilidades de sufrir cortes o infecciones.
- El calzado muy cerrado o no transpirable aumenta la sudoración y la maceración persistente, facilitando infecciones bacterianas y fúngicas. Utiliza calzado cómodo y transpirable en excursiones y en caminatas prolongadas para evitar rozaduras y ampollas.