¿Sabías que durante la noche puedes echarle una mano a tu belleza? Tienes claro que dormir bien contribuye a nuestra salud física y psicológica, pero unos buenos hábitos cosméticos nocturnos también pueden ayudar a que amanezcamos con mejor aspecto. La Dra. Mª Jose Barba nos da una serie de útiles recomendaciones para lucir una piel luminosa y radiante cuando suene el despertador.
Antes de acostarte...
Es imprescindible limpiar bien la piel de la cara y dejarla libre de maquillajes, impurezas o simplemente de suciedad que impide el buen intercambio de oxigeno de la piel y evita que se asfixie. Y no intentes escaquearte si no te has maquillado: has de hacerlo con independencia de haberlo hecho, ya que la polución y la misma grasa pueden obstruir los poros y hacer que aparezcan granos, espinillas, etc.
Y además...
-Cuando la piel es muy joven basta con una limpieza a fondo. No se aplica ningún producto porque de esta manera se la deja respirar.
-Cuando la piel es madura, sin embargo, la acción debe completarse con una cosmética de nutrición que repare los estragos provocados durante el día.
-En pieles secas se debe hidratar, en pieles grasas es suficiente limpiar con productos especiales astringentes entre los cuales el tónico adquiere gran protagonismo.
-En pieles acneicas es importante usar productos específicos. Y siempre tener en cuenta que una piel limpia puede aprovechar mucho mejor los productos que se apliquen posteriormente.
Cremas de noche, buenas aliadas
Por las noches se produce la renovación epitelial y la regeneración celular. La piel es mucho más receptiva a la absorción de las cremas de tratamiento, que a diferencia de las diurnas contienen mayor número de activos y están exentas de los factores de protección que contienen aquellas.
¿Y el contorno de ojos?
Por la noche es un buen momento para aplicar un contorno de ojos, tanto los contornos con efecto botox, los antibolsas, antiojeras etc. ¿La razón? Por las noches se absorben mucho mejor al estar la piel más receptiva, limpia y en su fase de regeneración. Eso sí, hay que evitar siempre los que sean demasiado densos a fin de que no se inflamen las “bolsas” oculares.