Si no las tienes, tal vez no sepas que son una auténtica tortura para quien las padece. Las durezas que parecen en los pies tienen un nombre feo como su aspecto y, además, ¡son odiosas! Pero que nadie se sienta culpable por tenerlas. La Dra. Etxeandía lo explica: "Hay pieles que tienen gran facilidad para queratinizar, es decir, para formar durezas. Es genético y está directamente relacionado con el tipo de pie".
Así se evitan. Ante todo, recuerda la doctora, "no hay que olvidar nunca que la dureza es una defensa de la piel ante una agresión, y sale donde hay presión y roce". Por tanto, cuidado con el calzado que aprieta y tortura.
Así se tratan. Sobre todo, las durezas no se deben manipular ¡nunca! con un instrumento cortante. Son de uso exclusivo para el podólogo, que usa material esterilizado y desechable. "En 1 de cada 10 casos, la persona se corta. No sólo duele: el riesgo de infección es altísimo, y en los pies las heridas curan mal". Especial cuidado tienen que tener las personas diabéticas, pues las complicaciones puedesn ser muy graves. En casa o en el centro de belleza sólo se puede usar piedra pómez o una lima para pies, teniendo siempre en cuenta que no hay que eliminar nunca las durezas al 100%. "Son una protección natural. Si se quitan del todo, la piel quedará tan sensibilizada que andar dolerá muchísimo hasta que se vuelvan a formar".
Muy práctico
- No hay zapato malo: lo perjudicial es usar tan sólo un determinado tipo de calzado.
- Cualquier zapato es apto para el uso, ¡pero no para el abuso!
- Las uñas deben cortarse en cuadrado y cortas, especialmente si se anda mucho o se hace deporte.
- Al ducharse, hay que enjabonar y lavar también los pies y luego secarse bien entre los dedos.
- El calor y la humedad son el caldo de cultivo idóneo para los problemas de pies.
- Si en las uñas aparecen manchas, cambian de grosor o coloración, hay que acudir al podólogo, pues posiblemente sea un problema de hongos.
¿Tienes algún truco para cuidar la salud de tus pies?