Parece razonable preguntarse si realmente hace falta una crema específica para el contorno. Al fin y al cabo, la mayoría de las mujeres se contenta con extender su hidratante habitual por esa área, y no tienen problema alguno. Efectivamente, su crema de siempre también cuida el contorno de los ojos, pero hay casos en que quizás es preferible usar una hidratante específica.
¿Las razones? Las cremas de contorno son menos grasas que las faciales (para que no entre en los ojos y los irrite). Tienen menos componentes susceptibles de provocar alergias. Poseen una formulación muy ligera para no resultar pegajosas, lo que se agradece especialmente por la mañana, a la hora de aplicar la base de maquillaje.
¿Desde cuándo? El pistoletazo de salida para iniciarse en el uso de la primera crema del contorno de los ojos debe darse incluso antes de que asome la cabeza la primera arruguita. No porque exista alguna hidratante capaz de eliminar las arrugas, sino porque este es el método más eficaz de retrasar su aparición. Y cuando aparecen, son menos visibles, porque una piel bien hidratada se ve jugosa, más fresca. En la veintena (sí, incluso a esta edad se puede comenzar a usar productos para el contorno, especialmente en climas muy secos) conviene optar por fórmulas muy ligeras, tipo gel.