Olvídate de la tele. Desconecta el teléfono. Enciende velas, pon música suave, ten a mano toallas y un albornoz esponjosos y disfruta antes de acostarte de un baño aromatizado para relajarte y aliviar las tensiones de la jornada. Si, además, le añades esencias (por ejemplo, unas gotas de aceite esencial de lavanda o de manzanilla), potenciarás sus efectos calmantes.
Para que el baño sea una auténtica preparación al descanso el agua no debe estar a más de 38º o 39º grados, ligeramente por encima de la temperatura corporal. No conviene prolongarlo en exceso, ya que bastan diez minutos de inmersión para disfrutar de sus efectos y dormir mejor y más profundamente.