Seguro que en más de una ocasión has pensado en lo difícil que es conseguir broncearse y, como contrapartida, ¡lo rápido que desaparece el deseado tono dorado! Muchas veces, nos pasamos todo el año esperando a que llegue el verano para descansar en la playa y obtener un bonito bronceado y, sin embargo, con la vuelta a la rutina, éste no tarda más que unos días en desaparecer (y no siempre de forma uniforme).
A pesar de ello, la buena noticia es que, siguiendo una serie de sencillas recomendaciones, es posible conservar por más tiempo ese tono tan favorecedor y que tanto nos gusta. La primera medida en este sentido (si ya es demasiado tarde deberás tenerlo en cuenta en la próxima ocasión) consiste en adquirir unos buenos hábitos durante la propia exposición solar; exfoliación previa, hidratación diaria y la aplicación de una protección adecuada a tu tipo de piel.
Aún así, si no has tomando estas medidas, puedes adoptar otras prevenciones como:
- Elegir un buen after sun. Éstos están diseñados para nutrir la piel tras las exposiciones solares y ayudan a mantener el color durante más tiempo.
- Además, es recomendable hacerse una exfoliación suave tanto del rostro como del cuerpo y después aplicar crema hidratante durante el día y nutritiva durante la noche. (Esto es vital para que la piel no llegue a pelarse).
- La alimentación también es importante, ya que existen productos que potencian el moreno. Las zanahorias, la sandía, las moras o el melón contienen betacaroteno, que estimula la pigmentación de la piel.
- Asimismo es fundamental beber agua en abundancia para hidratar la piel no sólo ‘desde fuera’.
- Y, por último, otra posible opción para mantenerse morena es el empleo de autobronceadores, que aportan a la piel la intensidad del bronceado deseado, pero con la ventaja de que evitan los daños solares. Si deseas recurrir a este tipo de productos, conviene utilizar un exfoliante para retirar las células muertas y obtener así un mejor resultado.