Granitos en las piernas: ¿cómo los elimino?
Consejos prácticos para conseguir acabar con este antiestético problema
Queda ya poco para la llegada del verano, pero el calor de los últimos días te ha animado a decirle adiós definitivamente a las medias. Decisión que, irremediablemente, tiene sus pequeños ‘daños colaterales’: no puedes dejar pasar la depilación, tienes que intentar abandonar el tono pálido del invierno y, para remate, tal vez has de intentar acabar con esos antiestéticos granitos que te salen a veces en las piernas.
La aparición de estos granitos es muy común, y aunque parezcan de acné, no lo son, están provocados por el crecimiento del vello. A menudo, el pelo es demasiado débil como para traspasar la barrera de la piel y salir hacia el exterior, por lo que, mientras crece, se va produciendo un “atasco” que se manifiesta en forma de granitos, que son el resultado de esos pelitos enquistados.
‘¿Y qué solución le doy?’
Usar un guante de crin es una buena opción: la exfoliación regular ayuda a que la piel se haga más fina y al pelo le cueste menos trabajo romper esa barrera. Es importante usarlo siempre sobre la piel húmeda y en movimientos circulares, sin llegar a irritar. Puedes complementar su acción con un producto exfoliante, que ayuda a eliminar esas células muertas que forman una muralla a la salida del vello. Pero lo más importante es hacerlo a diario y de forma constante, lo que es la mejor receta para el éxito. No olvides, además, seguir usando una hidratante corporal, pues si la piel se seca, se hace aún más impenetrable.
Una opción muy eficaz son las cremas con alfahidroxiácidos, que ejercen un efecto exfoliante al deshacer los lazos que unen las células muertas de la capa córnea y revelar una piel más lisa y suave. Esto facilita la salida del pelo hacia el exterior, evitando ese antiestético granito. Las encontrarás en marcas como Clinique o Clarins, entre otras, aunque debes comenzar a usarlas con prudencia. Aplícalas sólo una vez cada dos noches y, a medida que la piel se vaya acostumbrando, aumenta la frecuencia de uso. Al cabo de un mes de utilización, los resultados son visibles.
En lo que respecta a la depilación, recurrir a las maquinillas de hoja puede aliviar el problema, dado que con cada pasada se elimina una finísima capa de piel, y así al vello le resulta más fácil salir. Sin embargo, conviene hacerlo prácticamente a diario, ya que si te pasas la cuchilla sobre los granitos, se corre el riesgo de producir cortes al encontrarse la hoja con una superficie irregular. Quien prefiera la cera puede usar un producto retardador del vello tras cada depilación para que así salga más fino y débil. Las cremas depilatorias no son especialmente recomendables para estos casos, ya que sólo acaban con el vello que hay en la superficie de la epidermis.
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La aparición de estos granitos es muy común, y aunque parezcan de acné, no lo son, están provocados por el crecimiento del vello. A menudo, el pelo es demasiado débil como para traspasar la barrera de la piel y salir hacia el exterior, por lo que, mientras crece, se va produciendo un “atasco” que se manifiesta en forma de granitos, que son el resultado de esos pelitos enquistados.
‘¿Y qué solución le doy?’
Usar un guante de crin es una buena opción: la exfoliación regular ayuda a que la piel se haga más fina y al pelo le cueste menos trabajo romper esa barrera. Es importante usarlo siempre sobre la piel húmeda y en movimientos circulares, sin llegar a irritar. Puedes complementar su acción con un producto exfoliante, que ayuda a eliminar esas células muertas que forman una muralla a la salida del vello. Pero lo más importante es hacerlo a diario y de forma constante, lo que es la mejor receta para el éxito. No olvides, además, seguir usando una hidratante corporal, pues si la piel se seca, se hace aún más impenetrable.
Una opción muy eficaz son las cremas con alfahidroxiácidos, que ejercen un efecto exfoliante al deshacer los lazos que unen las células muertas de la capa córnea y revelar una piel más lisa y suave. Esto facilita la salida del pelo hacia el exterior, evitando ese antiestético granito. Las encontrarás en marcas como Clinique o Clarins, entre otras, aunque debes comenzar a usarlas con prudencia. Aplícalas sólo una vez cada dos noches y, a medida que la piel se vaya acostumbrando, aumenta la frecuencia de uso. Al cabo de un mes de utilización, los resultados son visibles.
En lo que respecta a la depilación, recurrir a las maquinillas de hoja puede aliviar el problema, dado que con cada pasada se elimina una finísima capa de piel, y así al vello le resulta más fácil salir. Sin embargo, conviene hacerlo prácticamente a diario, ya que si te pasas la cuchilla sobre los granitos, se corre el riesgo de producir cortes al encontrarse la hoja con una superficie irregular. Quien prefiera la cera puede usar un producto retardador del vello tras cada depilación para que así salga más fino y débil. Las cremas depilatorias no son especialmente recomendables para estos casos, ya que sólo acaban con el vello que hay en la superficie de la epidermis.