Son muchas las veces en las que hemos insistido en que el primer paso para cuidar la piel es concocerla. Escucharla. Así, si te fijas en cómo reacciona, puedes llegar a la conclusión de si es seca, sensible, grasa o mixta y actuar en consecuencia. El problema de la piel mixta –es decir, que presenta áreas grasas y otras más secas- es muy frecuente, así como la aparición de brillos.
Pero, ¿sabes cómo tratarla? En primer lugar, trata la piel mixta de forma diferenciada, sin aplicar hidratante en las zonas grasas (frente, nariz y barbilla). Si sufres de la aparición de puntos negros o impurezas en esa “zona T”, puedes extender una crema con ácidos sólo en ella. Una vez a la semana, no está de más usar un strip limpiador de puntos negros de la nariz.
Existen bases de maquillaje específicas para este tipo de pieles, oil free o libres de aceites para regular los brillos y evitar la aparición de impurezas. Y son muy útiles las bases matificantes, pero cuando la zona T es muy grasa, a veces no basta con esas fórmulas y se necesita disimular el exceso de sebo de raíz con un pequeño extra, sólo sobre la zona con problemas.
Ten en cuenta, además, el ambiente que te rodea: el aumento de la temperatura provoca un aumento de la secreción sebácea. Eso significa que la piel produce más grasa natural, algo que suele suceder cuando llega el calor. En ese caso, las pieles secas pueden pasarse a productos para cutis mixtos, y las pieles mixtas, saltar a la cosmética para tez grasa.