Cuidados rejuvenecedores para las manos
Las manos no tienen apenas glándulas sebáceas, con lo que carecen de la protección natural que ofrece la grasa. Estos son los tratamientos preventivos que pueden volver atrás el reloj del tiempo en lo que a las manos se refiere.
Prevención, principio básico
Dar a la piel aquello de lo que carece es el secreto a mantener y prolongar la belleza de las manos. Eso se traduce en proporcionarle la hidratación que es incapaz de producir naturalmente, mejorando la función barrera de la piel, y ofreciéndole esa protección extra que le ayudará a mantenerse a resguardo de enemigos exteriores tales como el frío, el viento, el contacto con el agua o el uso de jabones agresivos. Como inversión de futuro, nada como evitar el sol a diario, y no sólo durante el bronceado. Una buena opción son las cremas de manos con factor de protección solar, o, en los días de alta intensidad UVA, un producto de pantalla total o con un índice muy alto, aplicado sobre el dorso de las manos.
Primeros cuidados
Una vez que aparecen esas zonas más oscuras en las manos, se puede comenzar a tratarlas usando cremas despigmentantes, que se aplican preferentemente de noche, combinadas con protección solar por la mañana. Los resultados comienzan a apreciarse al cabo de unas tres semanas, pero que nadie espere milagros: lo que se observa es una mejora del tono, más claridad de la piel y un aspecto suavizado de las zonas más oscuras, pero rara vez desaparecen por completo. Para mantener los resultados en el tiempo, hace falta ser constante en el tratamiento, puesto que en caso contrario, las manchas no tardan en reaparecer.
Ataque frontal a las manchas
Seamos sinceros: hoy por hoy, no hay un tratamiento estético ni quirúrgico cien por cien satisfactorio en lo que a las manos se refiere, dado que su piel es tan fina que necesita tratarse con mucho mimo y cuidado. Cuando hablamos de manchas, esto se traduce en que no se pueden hacer peelings demasiado profundos, que dañarían el tejido. De ahí que se use bien el láser de Erbio - Yag (que no penetra muy profundamente y se adecua a zonas donde la piel es más fina, como las propias manos o el escote) o peelings medios, como pueden ser el de ácido tricloracético quelado o el Krulig Peel.
Como explica la doctora Elvira Ródenas, estos actúan en tres frentes. "Mejoran los problemas de pigmentación, dan un tono rosado y proporcionan un aspecto más jugoso a las manos. Es preferible ir poco a poco, y si hace falta, repetir la sesión, antes que correr el riesgo de quemar el tejido". Las sesiones no duran más de una hora, y durante los días siguientes, se aprecia una descamación que va curándose poco a poco, revelando una piel más suave y fina. Las manos quedan ligeramente sensibilizadas, por lo que no está de más usar protección solar en las semanas posteriores.
Manos más tersas
Posiblemente, las manos sea una de las pocas partes del cuerpo donde las mujeres no desean adelgazar a toda costa... Y es que con el paso del tiempo, la capa de grasa subcutánea se va haciendo más fina, revelando venas y tendones y tomando ese típico aspecto de "manos descarnadas" que descubren el paso del tiempo de forma implacable. De nuevo, la doctora Ródenas explica la dificultad de realizar intervenciones de relleno. "A través de esta piel tan fina se transparenta todo, por lo que el riesgo de que se vea el material infiltrado es muy alto.
A menudo, basta con eliminar las manchas, rehidratar y devolver la frescura a las manos para que se vean más jóvenes, sin necesidad de más intervenciones". Una opción es el implante de la propia grasa. Esta se obtiene de las caderas de la propia paciente y se rellenan con ella las manos. El resultado es bueno, pero perecedero, ya que gran parte de la grasa se reabsorbe. Otra opción es el relleno con ácido poliláctico (New Fill), que dura alrededor de dos años y tiene la desventaja de resultar muy caro dada la cantidad de material necesario. Finalmente, otra opción es extirpar quirúrgicamente las venas más marcadas, aunque muchos cirujanos rechazan esta opción por considerar que el resultado estético no compensa las posibles complicaciones.
Factores de riesgo: enemigos de las uñas
Una dieta pobre en vitamina B, zinc, calcio o ácidos grasos repercute en su aspecto, color y dureza. Usar las uñas como herramientas es la forma más rápida de romperlas. Los pulidores de uñas proporcionan un brillo natural y atractivo sin necesidad de esmalte, pero las debilitan considerablemente. Cuanto menos los utilice, mejor. Evite por completo los quitaesmaltes agresivos, y aún así, no los use más que una vez por semana. Cuide siempre las cutículas, son el garante de un buen crecimiento.
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Dar a la piel aquello de lo que carece es el secreto a mantener y prolongar la belleza de las manos. Eso se traduce en proporcionarle la hidratación que es incapaz de producir naturalmente, mejorando la función barrera de la piel, y ofreciéndole esa protección extra que le ayudará a mantenerse a resguardo de enemigos exteriores tales como el frío, el viento, el contacto con el agua o el uso de jabones agresivos. Como inversión de futuro, nada como evitar el sol a diario, y no sólo durante el bronceado. Una buena opción son las cremas de manos con factor de protección solar, o, en los días de alta intensidad UVA, un producto de pantalla total o con un índice muy alto, aplicado sobre el dorso de las manos.
Primeros cuidados
Una vez que aparecen esas zonas más oscuras en las manos, se puede comenzar a tratarlas usando cremas despigmentantes, que se aplican preferentemente de noche, combinadas con protección solar por la mañana. Los resultados comienzan a apreciarse al cabo de unas tres semanas, pero que nadie espere milagros: lo que se observa es una mejora del tono, más claridad de la piel y un aspecto suavizado de las zonas más oscuras, pero rara vez desaparecen por completo. Para mantener los resultados en el tiempo, hace falta ser constante en el tratamiento, puesto que en caso contrario, las manchas no tardan en reaparecer.
Ataque frontal a las manchas
Seamos sinceros: hoy por hoy, no hay un tratamiento estético ni quirúrgico cien por cien satisfactorio en lo que a las manos se refiere, dado que su piel es tan fina que necesita tratarse con mucho mimo y cuidado. Cuando hablamos de manchas, esto se traduce en que no se pueden hacer peelings demasiado profundos, que dañarían el tejido. De ahí que se use bien el láser de Erbio - Yag (que no penetra muy profundamente y se adecua a zonas donde la piel es más fina, como las propias manos o el escote) o peelings medios, como pueden ser el de ácido tricloracético quelado o el Krulig Peel.
Como explica la doctora Elvira Ródenas, estos actúan en tres frentes. "Mejoran los problemas de pigmentación, dan un tono rosado y proporcionan un aspecto más jugoso a las manos. Es preferible ir poco a poco, y si hace falta, repetir la sesión, antes que correr el riesgo de quemar el tejido". Las sesiones no duran más de una hora, y durante los días siguientes, se aprecia una descamación que va curándose poco a poco, revelando una piel más suave y fina. Las manos quedan ligeramente sensibilizadas, por lo que no está de más usar protección solar en las semanas posteriores.
Manos más tersas
Posiblemente, las manos sea una de las pocas partes del cuerpo donde las mujeres no desean adelgazar a toda costa... Y es que con el paso del tiempo, la capa de grasa subcutánea se va haciendo más fina, revelando venas y tendones y tomando ese típico aspecto de "manos descarnadas" que descubren el paso del tiempo de forma implacable. De nuevo, la doctora Ródenas explica la dificultad de realizar intervenciones de relleno. "A través de esta piel tan fina se transparenta todo, por lo que el riesgo de que se vea el material infiltrado es muy alto.
A menudo, basta con eliminar las manchas, rehidratar y devolver la frescura a las manos para que se vean más jóvenes, sin necesidad de más intervenciones". Una opción es el implante de la propia grasa. Esta se obtiene de las caderas de la propia paciente y se rellenan con ella las manos. El resultado es bueno, pero perecedero, ya que gran parte de la grasa se reabsorbe. Otra opción es el relleno con ácido poliláctico (New Fill), que dura alrededor de dos años y tiene la desventaja de resultar muy caro dada la cantidad de material necesario. Finalmente, otra opción es extirpar quirúrgicamente las venas más marcadas, aunque muchos cirujanos rechazan esta opción por considerar que el resultado estético no compensa las posibles complicaciones.
Factores de riesgo: enemigos de las uñas