No hace falta ser podólogo para ser consciente de que los tacones no son precisamente lo mejor para la salud de los pies. Si no quieres renunciar a ellos debes usar los tacones con moderación y sensatez.
Hay que alternar el uso del tacón con calzado más sensato, para darle tiempo al pie a recuperarse.
Si le es posible, cámbiese de calzado y use zapatos con tacones de diferentes alturas durante la jornada laboral, lo que proporciona un descanso a los pies.
La altura de tacón ideal oscila entre los tres y cuatro centímetros, y debe tener una base ancha.
Cuidado con los zapatos totalmente planos, ya que provocan una presión excesiva sobre el arco del pie.
El uso continuado de tacón alto causa contracción de los músculos gemelos y acorta el tendón de Aquiles, por lo que para pasar de las alturas a ras de suelo, debe seguirse un programa de "desintoxicación" progresiva y disminuir la altura de forma gradual.
Tan importante como la altura del tacón es el ángulo en el que está colocado, ya que la inclinación ideal es cuando está a noventa grados respecto al suelo.
Cuidado con las plataformas, especialmente si son rígidas. Son causa frecuente de esguinces y hasta roturas.
Nunca compre unos zapatos demasiado pequeños pensando que van a ceder. ¡Sus pies arrojarán la toalla mucho antes! (Y estará creando el caldo de cultivo perfecto para problemas futuros como durezas o juanetes).