Una equivocación, sin duda. Este área parece caer en una especie de tierra de nadie, a mitad de camino entre la cara y el cuerpo, sin que caigan sobre ella los cuidados dedicados al resto. ¡Craso error! Precisamente la piel del cuello es una de las más frágiles del cuerpo, al tener menos glándulas sebáceas (se deshidrata y seca fácilmente), poco tejido adiposo (es decir, es más fina) y una menor densidad de fibras conjuntivas, por lo que es presa fácil de la flacidez. Por eso es importante dedicarle unos cuidados mínimos, antes de que los años dejen su huella.
Cuidados básicos para la piel del cuello. Pedimos a Carmen Navarro que nos asesore sobre las necesidades de esta piel, y no duda en fijar una regla básica: "el cuello debe tratarse exactamente igual que el rostro. Es decir, hay que desmaquillarla, usar un tónico para equilibrar el pH, y continuar con la aplicación de una buena hidratante. Y si usamos una mascarilla en el rostro, debemos extenderla también por cuello y escote". Es decir: recordemos que la cara no acaba en la mandíbula, al menos desde el punto de vista de los cuidados estéticos. Con el paso de los años. Como sucede en el contorno de los ojos, la delicada y finísima piel del cuello muestra el paso del tiempo con una precocidad poco bienvenida. Por eso, a menudo hace falta mimarla con cremas reafirmantes o de efecto lifting incluso antes de los treinta años, para evitar que los males vayan a mayores. ¡La postura también cuenta! Una de las mejores formas de evitar la aparición de arrugas prematuras es vigilar la postura. Carmen Navarro nos advierte de los peligros de ciertos hábitos: "Las mujeres que pasan mucho tiempo delante de un ordenador deben tener cuidado en mantener la pantalla siempre a una altura adecuada, y tampoco es bueno sostener el teléfono entre oreja y hombro durante mucho tiempo". Cuide la elección de su almohada. Si duerme de lado, debe buscar una almohada dura y alta, que ayude a compensar el espacio entre los hombros y la cabeza, pero si acostumbra a recostarse boca arriba, le conviene más un modelo más bajo. Lo más importante es no forzar el cuello, y que la almohada ayude a mantener la fluidez de la línea del cuello respecto a la columna, sin forzarla. Los secretos de la cirugía. Aunque en general los cirujanos suelen tratar el cuello a la vez que el rostro, son cada vez más las mujeres que se deciden por un minilifting del tercio inferior del rostro, que incluye mandíbula y cuello. De esta forma, se corrige la flacidez de la zona, se reafirma el óvalo facial y se reafirma el rostro sin cambiar los rasgos más expresivos, como ojos y boca. Esta intervención ofrece resultados óptimos cuando se practica antes de que haya una gran flacidez (generalmente, entre los 45 y 50 años), para que así no haya más que practicar lo que se considera un pequeño "retoque". La operación es sencilla desde el punto de vista técnico, pero no resulta barata y las señales, como inflamación y hematomas, son visibles durante diez días como mínimo. El resultado final se aprecia totalmente a partir del tercer o cuarto mes, cuando se observa una mejora notable de la firmeza del óvalo.