Largas, rizadas, densas y expresivas. Así son las pestañas ideales, algo que, generalmente, no existe. Por mucha carga estética que tengan, estos cortos pelitos tienen una función mucho más importante para el cuerpo, como es proteger a los ojos.
Las pestañas son pelos que crecen en dirección contraria a los párpados, para no estorbar durante el parpadeo, y suelen tener un color más oscuro que el cabello por su mayor concentración de melanina.
Su número y longitud vienen genéticamente determinados, aunque oscila entre las 125 del párpado superior y un número menor en el inferior. Al contrario que el cabello, las pestañas no encanecen, aunque sí se hacen más débiles y cortas con el paso de los años.
Usar máscara no sólo no las perjudica, sino que incluso las beneficia, aunque es importantísimo usar un desmaquillador para retirar el maquillaje y hacerlo suavemente, sin tirones. Sus principales enemigos son el sol, que las reseca, y el rizapestañas. Este instrumento debe usarse antes de aplicar la máscara, nunca después, y sólo tras comprobar que sus gomas están en buen estado, para no cortar las pestañas al ras.
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