La piel que rodea los ojos es la más fina de todo el cuerpo, lo que es una auténtica suerte. Gracias a eso es lo bastante flexible como para que podamos parpadear constantemente sin problemas, expresar emociones que van de la risa al llanto o abrirlos y cerrarlos sin esfuerzo. En resumen, este es un sofisticado y eficaz sistema de la naturaleza para proteger los órganos de la vista. Eso sí, tanta elasticidad tiene un precio estético. Al tratarse de una piel tan frágil, es la primera en mostrar los signos de la edad. ¿O acaso pensaba que era casualidad que las arrugas más tempranas sean justo las que se inician en el rabillo del ojo para escaparse hacia las sienes?
Sólo para sus ojos. Parece razonable preguntarse si realmente hace falta una crema específica para el contorno. Al fin y al cabo, la mayoría de las mujeres se contenta con extender su hidratante habitual por ese área, y no tienen problema alguno. Efectivamente, su crema de siempre también cuida el contorno de los ojos, pero hay casos en que quizás es preferible usar una hidratante específica. Las cremas de contorno son menos grasas que las faciales (para que no entre en los ojos y los irrite), tienen menos componentes susceptibles de provocar alergias, y poseen una formulación muy ligera para no resultar pegajosas, lo que se agradece especialmente por la mañana, a la hora de aplicar la base de maquillaje.
El pistoletazo de salida para iniciarse en el uso de la primera crema del contorno de los ojos debe darse incluso antes de que asome la cabeza la primera arruguita. No porque exista alguna hidratante capaz de eliminar las arrugas, sino porque este es el método más eficaz de retrasar su aparición. Y cuando aparecen, son menos visibles, porque una piel bien hidratada se ve jugosa, más fresca.
En la veintena (sí, incluso a edad se puede comenzar a usar productos para el contorno, especialmente en climas muy secos) conviene optar por fórmulas muy ligeras, tipo gel.
En cuanto notamos que las líneas de expresión se marcan al reír, e incluso cuando no estamos gesticulando, sentimos la necesidad de recurrir a productos que pongan el énfasis en la guerra sin cuartel contra las arrugas. Este es un buen momento para empezar a llevar siempre un tubito de crema de contorno de ojos en el bolso, como si fuera una hidratante para manos. Si se acostumbra ahora a darse unas gotitas de crema de vez en cuando, a lo largo del día, estará haciendo una buena inversión en la juventud de su mirada. Existen fórmulas de buena relación calidad-precio.