Cómo adelgazar (y engordar) con cabeza
A todos nos apetece quitarnos los kilos de más a la misma velocidad a la que parecen haber aparecido. Es decir, ¡de inmediato! Pero es una estrategia a corto plazo que siempre rebota y no sólo nos hace recuperar los kilos perdidos, sino que nos regala unos cuantos más. Por eso, es mejor tomarse las cosas con calma y sensatez.
Ya se sabe que la regla de oro para adelgazar es matemática pura: hay que quemar más calorías que las que se ingieren. Sin olvidar nunca que la regla básica es comer mejor (no necesariamente menos) y hacer ejercicio, proponemos más formas de potenciar la combustión de calorías.
La mejor hora para hacer ejercicio es por la mañana, antes de desayunar. Al estar en ayunas, se queman casi dos veces más calorías. Además, de esta forma nos cargamos de endorfinas que nos ayudan a afrontar el día con energía. Tras el ejercicio, el desayuno ideal es alto en proteínas y con carbohidratos de lenta absorción, como pan y cereales integrales. En cualquier caso, no conviene desayunar nada más levantarse: es mejor esperar una hora para que el metabolismo se haya puesto en marcha. Una regla de oro para alimentarse mejor es alternar las proporciones habituales: la guarnición debería ser el plato principal, y la carne o el pescado, la guarnición. Una buena regla es que la cantidad de verdura sea como la palma extendida, y la de la carne, como la del puño cerrado. Recupera las legumbres en tu dieta: preparadas sin grasa, son un alimento alto en proteínas, rico en fibra y que no engorda. Prueba a hacerlas en potajes con verduras o en ensalada. No temas a la pasta o al arroz, especialmente si son integrales. El secreto es prepararlos sin grasa, sino con salsas a base de verduras o en ensalada. No cenes justo antes de acostarte: es importante que pasen el menos tres horas. Si te acostumbras a pesar la comida, te llevarás más de una sorpresa al ver lo sorprendentemente escasos que son cien gramos... Sólo de esta forma comprenderás mejor las raciones.
El poder la mente: adelgaza con cabeza
No sólo el estómago rige nuestro apetito. Los pensamientos son parte vital de nuestra actitud hacia la comida.
Si pasas hambre durante la dieta, no desesperes. Al fin y al cabo, es puramente temporal: ¡no te vas a morir de inanición! Ten siempre listos snacks bajos en calorías, guardando palitos de zanahoria, yogures desnatados o galletas de arroz inflado.
No recurras a la comida como consuelo: busca otras formas de recompensa cuando te sientas baja de ánimos.
Piensa en positivo. Imagínate a ti misma delgada, llevando la ropa que se te ha quedado pequeña. Cuando te asalte la tentación, visualízate tal y como te quieres ver.
¿Te asalta la tentación? Inicia maniobras de distracción y emprende cualquier cosa que te aparte la idea de comida de la cabeza. Ordena un armario, llama por teléfono a una amiga, navega por Internet... Si esperas cinco minutos, verás como el antojo pierde fuerza.
¿GANAR PESO? CON PACIENCIA, ES POSIBLE
Pero no todas las mujeres quieren adelgazar. Son muchas las que necesitan ganar algún que otro kilito, y - antes de que se alcen murmullos de envidia - no es tarea fácil para quienes tienden a perder peso.
Ante todo, hay que ser constante. ¡Muy constante! A veces lleva meses ver resultados. Generalmente, se pierden kilos en épocas de estrés o de nervios. Por eso es importante llevar una vida relajada, con horarios regulados. En momentos duros, nada como las infusiones calmantes de tila o valeriana. Para engordar, conviene hacer seis comidas al día con alimentos ricos en calorías. Pero nada de comer comida basura: hay que escoger grasas de buena calidad, como el aceite de oliva. El ejercicio de tonificación es importantísimo para ganar músculo. Tres veces por semana, nada como una hora de trabajo de resistencia, tanto con pesas como con el propio cuerpo. Y nada de entrenar a diario: descansar 24 horas es absolutamente imprescindible para crear músculo. Descansar veinte minutitos tras las comidas ayuda a que se absorban mejor. Una razón más para dejar el tabaco: la nicotina inhibe el apetito. Hay que asegurarse la ingesta de al menos 2 gr. de proteínas por cada kilo de peso corporal. Los frutos secos, las pasas, los dátiles y los higos son excelentes fuentes de calorías con gran aporte nutricional. Por el contrario, la bollería industrial, las hamburguesas de mala calidad, los refrescos azucarados, las chucherías o el alcohol no son recomendables.
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No recurras a la comida como consuelo: busca otras formas de recompensa cuando te sientas baja de ánimos.
Piensa en positivo. Imagínate a ti misma delgada, llevando la ropa que se te ha quedado pequeña. Cuando te asalte la tentación, visualízate tal y como te quieres ver.
¿Te asalta la tentación? Inicia maniobras de distracción y emprende cualquier cosa que te aparte la idea de comida de la cabeza. Ordena un armario, llama por teléfono a una amiga, navega por Internet... Si esperas cinco minutos, verás como el antojo pierde fuerza.
¿GANAR PESO? CON PACIENCIA, ES POSIBLE
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