El tamaño de estas articulaciones puede alterar el aspecto de las piernas y darles forma tubular, por delgadas que estén. Una posible solución es la liposucción, siempre y cuando el problema sea un exceso de grasa, no edema o de retención de líquidos. El Dr. Miguel Chamosa, que realiza numerosos trabajos de liposucción facetada de rodillas y tobillos, advierte: "Es imprescindible tener en cuenta la proporción entre muslo, pierna y tobillo, sin perder control visual de toda la pierna".
El Dr. José Luis Martín del Yerro, explica en lo que se refiere a rodillas que "la única grasa que se puede aspirar es la de la cara interna y sobre la parte anterior de la rodilla, por encima de la tibia. No se puede tocar la que está sobre la rótula, que en realidad es consecuencia de la flacidez de la piel y del músculo". Es importante que la operación sea realizada por un profesional reputado. "Piel y grasa de esa área son muy finas, y allí se encuentra también la grasa de Joffa, lubricante de los tendones. Si se daña por una intervención mal realizada, puede haber problemas en los planos de deslizamiento. Pero bien hecha, es una intervención corta con una recuperación sencilla, de la que el paciente sale andando con una media de compresión intensa". Y no todas las rodillas gorditas se deben a un exceso de grasa: si la zona gruesa se encuentra por debajo y a ambos lados de la rótula, puede tratarse de bolsas sinoviales.
El Dr. Serra Renom afirma que el área del tobillo es también una zona difícil. "La lipoescultura es muy útil, pero nunca debe realizarse de manera circular a no ser que se haga en dos tiempos quirúrgicos. Primero, la cara interna, con lo que a veces es suficiente, y seis meses más tarde, la cara anterior. En el posoperatorio hay que llevar medias de compresión durante tres meses y evitar permanecer de pie". Y cuidado con el verano: "Hay que pasar aproximadamente un mes sin tomar el sol a nivel de las rodillas, y en tobillos, hasta tres meses para evitar la aparición de manchas".
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