El rizo está en sus manos. La mayoría de las mujeres tienen el pelo fosco, es decir, a medio camino entre el liso y el rizado. En este caso, sacar todo el rizo que su pelo esconde es fácil: ¡no hace falta nada más que sus dedos! Tras el lavado, y con el cabello semihúmedo, reparta una espuma de fijación por medios y puntas. Use el secador siempre con difusor, y si hace falta, amase el cabello de vez en cuando sin tocarlo ni moverlo en exceso, y verá que el rizo surge como por ensalmo.
El secreto de los tirabuzones. Quizás quiera seguir el ejemplo de famosas como Nicole Kidman o Madonna, que a menudo lucen largos y sexys tirabuzones. Si tiene el pelo ondulado, puede conseguirlos sin mucho esfuerzo si tras tras el lavado reparte espuma por el pelo prácticamente seco y va retorciéndolo, mechón a mechón, con la ayuda de los dedos. Si quiere, puede usar horquillas para fijar el extremo de cada tirabuzón y mantenerlo así más tiempo. Cuando acabe, no use el peine: como mucho, abra los rizos con los dedos. El cabello muy liso necesita remedios más extremos: una vez seco el pelo, se enrosca mechón a mechón en una tenacilla caliente, sin insistir demasiado en las puntas para así dejar un aspecto abierto y desenfadado, muy moderno. El conjunto se fija con un toque de laca para mantener el volumen.
Rulos: todo depende de la dirección. Cuando los peluqueros quieren dar volumen a una melena, usan rulos muy grandes y los fijan en perpendicular a la dirección del crecimiento del cabello, para levantarlo de raíz. Lo dividen en mechones, comienzan a enrollarlo por las puntas y van subiendo hasta la raíz. Pero si se trata de crear rizos, los rulos deben colocarse en paralelo a la línea que va de la coronilla a las sienes. Para un efecto más sensual, se alterna la dirección de cada rulo. Si el primero se enrolla de fuera hacia dentro, el siguiente se coloca al revés y así sucesivamente para conseguir un look más natural.
La permanente, el método de rizado más duradero. ¿Quiere rizar su cabello liso a toda costa, sin tener que perder el tiempo con rulos o tenacillas? En ese caso, necesita una permanente. Esta técnica consiste en fijar el pelo en bigudís para bañarlos de un líquido que rompe sus puentes bisulfuros, es decir, su "espinazo", los que le dan su forma original. Una vez rotos, y aún enrollados en el bigudí, se reconstruyen con el fijador, lo que les da su nueva forma enroscada. El pelo adquiere rizo de forma definitiva, y aunque el cabello nuevo nace tan liso como antes, el permanentado mantiene la onda hasta el final, lo que a veces puede ser una desventaja cuando la raíz se ve lacia y las puntas, encrespadas. El principal problema de la permanente es que incluso en sus versiones más suaves resulta extraordinariamente agresivo para el cabello, y puede dejarlo dañado y poroso. Las mujeres de pelo muy fino o escaso deberían considerar otras alternativas, a pesar de que son precisamente ellas quienes más buscan este servicio, intentando dar más cuerpo y volumen a su cabellera. Sin embargo, la permanente se adecúa más al pelo recio y resistente.
Rizos al estilo de nuestras abuelas. El experto estilista Carlos Gálico comparte con nosotros un truco tan fácil como eficaz para llenar la cabeza de bucles. "Primero, se separa el pelo en mechones más o menos anchos, según el tamaño de rizo que se quiera conseguir. Se toman uno a uno y se enroscan sobre sí mismos hasta formar una especie de ensaimada que luego se sujeta con una banda de tela, a modo de moñetes antiguos, como los que se hacían las abuelas. Este sistema tiene la ventaja de ser más cómodo que los rulos, tanto que hasta se puede dormir con ellos sin que se claven en la cabeza. Cuando el pelo está seco, se desatan las tiras y ¡listo!, ya se puede presumir de rizos".