Cambiar de color de pelo es una aspiración tan antigua como la historia de la Humanidad. Desde la henna usada en el Antiguo Egipto al polvo de iris o de violeta del Renacimiento, pasando por el de madera podrida en plena Revolución Francesa o los huevos de hormigas quemados o los derivados de plomo de los romanos, el ser humano ha recurrido a los productos más inverosímiles para lucir una cabellera diferente a la suya. Afortunadamente, hoy en día no hace falta recurrir a elementos tan curiosos o incluso peligrosos: los actuales productos de coloración permiten todo tipo de juegos cromáticos sin poner en peligro la salud. Al menos la física, porque más de un tinte mal hecho ha causado alguna llantina que otra...
Tipos de coloración
Coloración permanente.A menudo llamado "tinte", es la única que cubre las canas al cien por cien y permite un cambio de color total. Contiene amoniaco y oxidante, imprescindible para fijar el color, y no se va con los lavados.
Coloración tono sobre tono. Disimula las primeras canas, pero no cambia el color original, pues sólo oscurece ligeramente el tono de base. Se va en unas seis semanas de forma gradual con cada lavado.
Coloración directa o no permanente. Apenas cubre las canas, pues sobre todo proporciona reflejos y brillo. No contiene ni amoniaco ni oxidante, por lo que se va en unos seis lavados. Es idóneo para chicas jóvenes que quieran jugar con tonos de moda y reflejos atrevidos.
Decoloración. Cuando se quiere aclarar más de cuatro tonos en el pelo natural y dos en el teñido, hace falta primero una decoloración previa que arrastre el pigmento del cabello y lo deje blanco para después poner el color deseado.
Mechas y/o reflejos. Técnica en la que sólo se pigmentan algunos mechones de la cabellera, lo que permite dañar menos el pelo y obtener efectos muy sutiles.
Reglas básicas de coloración
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Cuestión de números
¿Quiere saber cuál es su tono? Se puede numerar gracias a la escala de color, que mide los tonos del 1 al 10, del más oscuro (negro) al más claro (rubio muy, muy claro). Para averiguar el nuestro están las cartas de mechas de color o las muestras que se ven en las propias cajas de colorantes, donde se indica en grande el tono, y en un número más pequeño, o seguido de un punto, el reflejo.