La dieta con la que Natalie Portman resolvió su acné
Eliminó dos elementos de su alimentación y su piel mejoró en poco tiempo
Cada vez son más las celebrities que hablan abiertamente de sus problemas de piel, como Kendall Jenner, que se ha convertido en toda una inspiración para aquellas mujeres que tienen acné ya que no duda en admitir que las críticas en redes sociales por este motivo consiguieron que perdiera la autoestima. La actriz Natalie Portman también se ha mostrado muy abierta con este mismo tema en una entrevista reciente, donde ha asegurado que tuvo granitos hasta que dejó de tomar dos tipos de alimentos: lácteos y huevos. Una decisión que no recomienda a todo el mundo, sino tan solo a quienes puedan tener algún tipo de sensibilidad a estos alimentos o quieran hacerlo por decisión personal.
“Soy vegana y he descubierto que mi piel está mucho, mucho mejor que cuando era vegetariana”, ha contado. La actriz decidió dejar de comer carne y pescado cuando era niña, y a los 30 fue cuando decidió evitar cualquier alimento de origen animal. “Cuando eliminé la lactosa y los huevos, no volví a tener un grano. Fue un gran descubrimiento. Fue algo personal, cada persona tiene una sensibilidad diferente”, explica la estrella a The Cut.
Además de modificar su dieta, Natalie también encontró los cosméticos que mejor sientan a su piel, como su ritual de doble limpieza que comienza con una leche limpiadora con activos calmantes y purificantes, y termina con un agua micelar que puede comprarse en la farmacia. Otra de sus favoritas son las texturas en aceite, en concreto un producto multiusos a base de rosa mosqueta que sirve para reducir la apariencia de cicatrices, calmar la piel e igualar el tono.
Sin embargo, la estrella no pierde la seguridad en sí misma por su físico porque la educaron para no dar mucha importancia a nada superficial: “Fui lo suficientemente afortunada para que mi madre nunca me hablara de la belleza exterior de ninguna forma. Siempre se enfocó en que fuera una buena persona y en la amabilidad”. Y gracias a esta forma de ver la vida y de verse a uno mismo, Portman nunca se ha preocupado en exceso por su aspecto: “Es genial porque nunca me importó mucho. A lo mejor debería haberlo hecho”.