La modelo madrileña abre la veda permitiendo a sus fans de Instagram que le pregunten cualquier cosa que quieran saber de ella y los casi seis cientos mil seguidores que acumula en Instagram le han tomado la palabra. De esta forma, Blanca Padilla ha revelado detalles de su vida como que tiene novio, que su próximo destino es Nueva York o que prefiere llevar zapatos planos en vez de tacones. Por supuesto, el tema de cómo cuida su cuerpo una de las modelos más internacionales de nuestro país interesa (mucho) y Blanca contestó cómo se cuida asegurando que pase lo que pase siempre seguirá con su rutina de fitness unida a una alimentación sana.
A la pregunta de si es naturalmente así de delgada, la española deja claro que su anatomía es cosa de genética: “Siempre he sido muy delgada, desde que era pequeña. Obviamente, mi cuerpo cambia con el tiempo como el de todo el mundo. Continuaré cuidándome y comiendo de una forma saludable pero, no importa la manera en la evolucione al de una mujer/madre/o lo que sea con más años, lo aceptaré y lo querré”. Así es como Blanca explica la relación de aceptación que tiene con su físico y lo importante que es la nutrición en su vida.
En relación a la dieta, una de sus seguidoras quería saber qué es lo que come la modelo nada más levantarse y la primera recomendación de la modelo fue clara: “Elimina los cereales refinados”. A continuación, aconsejó que si se quieren incluir carbohidratos, los integrales son la opción a elegir pero siempre asegurándose de que sean realmente integrales leyendo con atención la tabla de nutrientes de cada envase. El resto de su desayuno consiste en grasas saludables como el aguacate – rico en lecitina la cual combate el cansancio y la fatiga - y los frutos secos crudos, una importante fuente de energía con poder saciante.
Para terminar, Padilla ofrece un truco para preparar smoothies todas las mañanas: comprar la fruta congelada. Aunque también se pueden preparar con alimentos frescos, aquellas mujeres con poco tiempo encontrarán que resulta muy cómodo almacenar frambuesas, arándanos o fresas en el congelador ya que aguantan más tiempo sin estropearse.