Charlotte Tilbury es una de las maquilladoras profesionales más respetadas del backstage. Tanto es así que desde que lanzó al mercado su propia línea de productos de maquillaje y cuidado de la piel en 2013, muchos de sus cosméticos ya se han convertido en leyendas. Como Magic Cream, la crema hidratante de 90 euros con la que promete transformar el cutis y combatir la formación de radicales libres; el perfilador Lip Cheat gracias al cual se puede crear la ilusión de unos labios más gruesos sin necesidad de tumbarse en la camilla de un especialista; o el perfume Scent of a Dream que inspiró una de sus mejores amigas, Kate Moss. Sin embargo, lejos de confinar los productos más asequibles a un segundo o tercer plano, Tilbury confesó a W Magazine que cuenta con un artículo que se puede adquirir en la farmacia o en el supermercado permanentemente en su maletín de maquillaje: los bastoncillos de algodón.
“Los bastoncillos de algodón son imprescindibles dentro de mi neceser – son geniales para limpiar cualquier error en el maquillaje. Se mojan con un poco de mi Magic Cream y se convierten en tus mejores amigos para corregir un rabillo de ojo perfecto”, relata la especialista a W Magazine. Así que, el principal uso que la maquilladora le da a los bastoncillos de algodón es como perfeccionador de los cat eyes, una de las técnicas de maquillaje de ojos más complicadas. Esta dificultad radica en que, para conseguir un rabillo perfecto, el pulso es esencial e incluso a las que gozan de ese don les resulta misión imposible lograr que ambas líneas tengan la misma inclinación, grosor y longitud. Y ahí es donde entran en juego los bastoncillos o hisopos, simplemente se aplica un poco de crema hidratante en uno de los lados y funciona a modo de borrador con el que se perfilan ambos trazos hasta que tengan el mismo aspecto.
Además de Charlotte, muchas son las llamadas beauty gurus – o gurús de belleza – que suben vídeos a sus canales de Youtube con la multitud de usos que sacan de los clásicos bastoncillos: su punta pequeña y precisa permite aplicar el iluminador a lo largo del tabique nasal sin salirse hacia los lados, un gesto que afina y alarga la nariz; también son muy utilizados por las adictas al nail art, porque gracias a ellos pueden dibujarse puntos y otros motivos que decoran la manicura; por último, las que dramatizan sus looks con pestañas postizas los encontrarán muy útiles cuando se pasan con la cantidad de pegamento que extienden sobre la banda, exceso que arruinaría el acabado.