A cada producto de maquillaje, su pincel: cómo elegir bien tus brochas
Hablamos con varios maquilladores sobre cómo debe ser un set de brochas completo, cómo utilizar cada una y cómo cuidarlas para que duren más tiempo
Son su arma secreta, la herramienta infalible de cualquier maquillador y la que cuidan con especial esmero. “Los pinceles y las brochas son fundamentales para conseguir una mejor aplicación, mejores difuminados y acabados más precisos”, nos explica Lewis Amarante, uno de los expertos con los que hemos hablado sobre la importancia de elegir bien el que es el tándem perfecto de nuestro maquillaje. “Es verdad que los maquilladores llevamos muchas brochas y normalmente es una pregunta que la gente suele hacerse, ¿son realmente necesarias? Claro está que, en tal cantidad, no para un uso privado y para ti misma, pero para nosotros es indispensable llevar muchas, ya que normalmente hacemos muchos cambios de color y hay que usar una brocha para cada uno y, además, es posible que haya más de una modelo a la que maquillar, y llevamos siempre de más por higiene y por no mezclar de un rostro a otro”, nos cuenta la maquilladora Eva Escolano.
¿Cuántas debemos tener?
Pero, ¿cuáles son las indispensables, esas que, sí o sí, no deberían faltar en nuestro neceser? “Existe un amplio abanico de opciones a la hora de seleccionar tu set de pinceles, lo que muchas veces tiende a hacerlo un tanto confuso. Sin embargo, según mi punto de vista, hay algunos pinceles que no pueden faltar en tu set básico. Uno de ellos sería para aplicar la base de maquillaje. Ten en cuenta que una base perfectamente aplicada representa el 90% de un buen maquillaje. Otro básico sería uno sesgado de colorete para aplicar el rubor y, de manera opcional, si quieres llevar tu maquillaje a otra dimensión, uno para contornos. Pasando a los ojos, otro indispensable sería un pincel plano medio para depositar color y uno redondo en punta para difuminarlo. Además, y dependiendo de los efectos que quieras conseguir, un pincel de eyeliner extrafino te ayudará a definir tu mirada con un trazo preciso. Y, por último, un pincel de labios. Estos 6 pinceles serían mis indispensables”, nos cuenta Lewis.
“Es importante utilizar la brocha adecuada a cada fin. Las sintéticas, por ejemplo, están pensadas para productos en crema, mientras que las brochas de pelo son más para productos en polvo, porque se deslizan mejor y se aplica mejor el producto”, añade Eva Escolano, quien nos cuenta que ella recomendaría que todas tuviéramos en nuestro neceser una brocha básica “de colorete o blush, que recomiendo que no sea muy grande, ya que así podrás definir bien el pómulo; al menos un par de brochas de pelo natural para aplicarte las sombras, una para tonos oscuros y otra para los claros y que, así, no te manchen el trabajo, y una brocha para aplicar los polvos de sol por el rostro. Luego existen miles de opciones; para aplicar la base, (aunque queda muy bien aplicada con los dedos), la brocha para el corrector, sintética y plana, o el pincel del labial”. Junior Cedeño, maquillador internacional de Dior, por su parte, se queda con tres indispensables: “Fondo de maquillaje, colorete y una brocha de sombra de ojos de tamaño medio para aplicar y fundir el color sobre todo el párpado. Aun así, a mí personalmente me gusta utilizar la yema de los dedos para efectos ultra naturales, porque las texturas de los productos se funden completamente con la piel”. José Luis García, make up artist de Givenchy, añade a la lista la que es imprescindible para él, "la brocha kabuki, para polvos en general y en particular para los de sol, además de una sesgada para marcar las líneas del ojo".
¿Y las brochas de las propias paletas?
Les hemos preguntado también por los pequeños aplicadores o esponjas que se incluyen en las polveras o las paletas de sombras. Una opción que coinciden en que es útil para un retoque, pero que no es la más apropiada para un maquillaje más profesional. “Normalmente son aplicadores pensados para llevaros consigo en la paleta y que los encuentres siempre disponibles, y aunque cada vez las brochas incorporadas son de mejor calidad, yo recomiendo llevar un pequeño set de brochas o tener un juego de brochas en las que hayas invertido y que te darán mejor resultado”, explica Eva Escolano. Coincide con ella la maquilladora Natalia Belda: “Para uso casero pueden servir, pero para uso profesional no”. Eso sí, José Luis García reconoce que "en ocasiones te sacan del apuro… Últimamente la calidad de estos aplicadores ha mejorado mucho, y sus materiales ofrecen un servicio muy profesional. Lógicamente es más cómodo el pincel con mango largo, pero como digo, ofrecen un servicio muy profesional".
Sus imprescindibles de trabajo
Como decíamos al principio, dan tanta importancia a esta herramienta que podemos decir que no trabajan igual si no es con sus propias brochas. “Sin mis brochas no me siento igual de cómoda, ya que las mías las conozco bien y se el resultado que voy a obtener de antemano”, nos cuenta Natalia Belda. Tanto, que la posibilidad de perder alguna no le hace ninguna gracia a Eva Escolano: “No pierdo de vista ninguna de ellas y en cuanto una no está en su sitio, lo detecto, y no me quedo tranquila hasta encontrarla, vamos que tengo que casi parar un momento, organizar y volver a empezar. Para mí son la prolongación de mis dedos y mis ayudantes más especiales”. Todo es, al final, una cuestión de conocer a la perfección el material con el que trabajan, como cuenta el maquillador de Givenchy. "Tenemos brochas que conocemos perfectamente el resultado que nos dan… si nos las tenemos entramos en pánico, aunque al final resolvemos incluso con los dedos". Junior nos cuenta, por ejemplo, que su “única manía es tener las brochas y pinceles siempre muy limpios y ordenados en su manta profesional, para que me resulte más cómodo encontrarlos a la primera”.
Esponjas de maquillaje, ¿sí o no?
No queríamos perder la oportunidad de preguntarles por una herramienta que se ha puesto muy de moda, y que muchos maquilladores han incorporado a su set de trabajo: las esponjas de maquillaje, un best seller del que la firma Beauty Blender fue pionera. Con respecto a ellas hay opiniones encontradas. “Me gustan bastante, ya que yo soy de la vieja escuela donde se maquillaba con esponja y se ha vuelto a poner de moda este tipo de esponja, aunque debo reconocer que mejorada: reparten muy bien el producto y se difumina muy sobre la piel, yo suelo usar las pequeñas para difuminar el corrector y para dejar la piel impecable después de repartir la base de maquillaje”, nos cuenta Eva Escolano, quien hace referencia, eso sí, a uno de sus principales problemas: “Lo único que debes tener en cuenta en el uso de estas esponjas es lavarlas bien, al menos semanalmente, porque de no ser así pueden acumular bacterias que afectan a tu piel en forma de granitos o rojeces”.
Eso es precisamente lo que hace que a algunos maquilladores no les convenza esta opción, caso de Lewis, a quien no le gustan “las esponjas en todos sus formatos, ya que absorben gran cantidad de producto y no son más que un nido de proliferación de bacterias”. El maquillador de Dior ve pros y contras, por su parte: “La esponja BeautyBlender nos permite aplicar, difuminar y fundir todas aquellas texturas en crema. El único riesgo que podemos encontrarnos es que, si no somos cuidadosos con la higiene de esta herramienta, el resultado final del maquillaje carecerá de nitidez y precisión. Además, pueden afectar la salud de nuestra piel, obstruyendo poros y aportando bacterias innecesarias”.
¿Cómo las cuidan?
Y como no podía ser de otra manera, miman su material con esmero para manternarlo impecable. “Es preciso lavarlas muy a menudo, no solo por higiene sino por resultado de maquillaje. Una brocha limpia difumina mucho mejor el maquillaje y los colores serán más puros, más auténticos”, explica Junior Cedeño. “Tengo brochas desde hace muchos años y las cuido muchísimo, suelo limpiarlas después de cada uso porque además de higiene, las brochas tienen que ofrecer buen aspecto a la hora de utilizarlas en un nuevo rostro, eso dice mucho de la profesionalidad del maquillador”, nos cuenta Eva Escolano, quien explica que ella las limpia con una mezcla de jabón neutro y unas gotas de agua oxigenada que desinfecta y deja las brochas blancas e impolutas. También existen productos específicos como limpiadores de brochas en spray que te las desinfecta en el momento. Lewis prefiere una opción tan sencilla como “lavarlas con un champú suave y dejarlas secar con el pelo hacia abajo”. Por último, Natalia Belda añade un cuidado extra más: es importante tener una buena manta en la que no se te estropeen los pelos al transportarlos.